Bruselas - 13/01/2007
El Pais
La Iglesia polaca decidió ayer tomar la iniciativa en la conmoción que ha causado el conocimiento de que el arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, había sido desde 1967 hasta el final del régimen comunista, en 1989, colaborador de los servicios secretos, y anunció que va a revisar con detalle su propia relación con el régimen y, en particular, las actividades de sus obispos. Cuando se encuentren casos poco edificantes, los informes se elevarán al Vaticano para que el Papa decida.
Parafraseando el combativo "¡No temáis!" de Juan Pablo II a un pueblo sometido por el comunismo, el presidente de la Conferencia Episcopal, Jozef Michalski, anunció ayer: "La Iglesia no teme la verdad. Vamos a examinar los archivos de todos los obispos". Éste habló al final de una reunión de la dirección de los obispos.
La Comisión Histórica creada hace unos meses para analizar las denuncias filtradas sobre las actuaciones de algunos religiosos, analizará ahora a todos los prelados. Polonia cuenta con unos 90.000 religiosos, de los cuales unos 27.000 son sacerdotes seculares. Las estimaciones de algunos historiadores y de quienes han estudiado el fenómeno de colaboracionismo apuntan a que el 10% de ellos colaboraron con el régimen.
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