Thursday, January 11, 2007

FABADA HEDIONDA: RECETA TIPICAMENTE IBERICA

FABADA HEDIONDA: RECETA TIPICAMENTE IBERICA
Carlos Wotzkow,
Suiza

Tomado de Cuba En El Mundo

¡Coño, Francisco Franco y Augusto Pinochet sí que amaban a sus pueblos! Pero en fin, debe venirnos de ellos, de los españoles, esa tendencia a creer que todo lo que sea nacional debe ser sacralizado. Y digo esto, porque yo me he avergonzado (y todavía lo hago a menudo) de ser cubano, y de tener un por ciento de sangre española en mis venas. y ha sido siempre tal, que pierdo mi tiempo en estudiar sobre el colonialismo si lo puedo analizar en tiempo real.

Por eso, cada vez que alguien intenta poner a España como si fuera nuestra Madre Patria, a mí me dan náuseas y se me antoja como una puta madre: de cuerpo y alma. España es una madre que se entrega por el mero placer de ser promiscua. No existe ningún otro país en el mundo que haya apoyado más a la dictadura de Fidel Castro que España. Algún día veremos incluso la gran envergadura de esa ayuda durante la era soviética. Y si alguno de mis lectores tiene tan sólo un pico gramo de pudor y se siente más cubano que español, que lo reconozca. Por el contrario, si lo que quiere es representar al “fiel glipollas” (como lo hizo el servil Cid Campeador) de esa hedionda madrastra, que salte al ruedo del ridículo y mencione un nombre. Tan solo un nombre de español interesado en la libertad de Cuba.

He dedicado un libro junto al famoso documentalista Agustín Blázquez a explicar cómo en España (Blázquez se ocupó de cómo lo hacen en los EEUU) se odia y se difama sistemáticamente de los cubanos.

He denunciado cientos de veces cómo desde las filas del PP se nos tomaba el pelo cuando eran esos hijos de perra pro-castristas los que tenían el poder. Y lo he repetido ahora, con los cachorros estalinistas del PSOE en el actual desgobierno. El popular Moragas por ejemplo, llevó el dinerito del premio Sajarov a Cuba porque se lo habían otorgado a un agente castrista pro-español.

Entonces, ¿cómo sigue el cubano creyendo que algo de lo que venga de España es solidario, si los propios políticos españoles son capaces de negociar con ETA y con Castro (su representante mundial) por encima de la memoria de los españoles vilmente asesinados?

Al igual que en Cuba, en España manda el inquisidor. Los españoles apalean a sus esposas para luego satisfacer sus deseos carnales sobre su cuerpo inerte. Si usted comete una infracción de tráfico, lo más probable no es que pague una multa, sino que lo maten a palos entre los cuatro muros de una dependencia policial. O por el contrario, sea un cantaor famoso de cante jondo y asesine a quien a usted le venga en gana, que nadie lo pondrá en la cárcel. Eso sí, lo de Abu-Ghraib en Irak es imperdonable, como mismo es imperdonable y abusivo que en Guantánamo se le de desayuno, almuerzo y comida a los prisioneros. ¿No es así Zapatero? Esos terroristas de Guantánamo son para el PSOE “prisioneros de conciencia”, más los de las cárceles cubanas, ah, esos son apenas terroristas al servicio del imperio norteamericano. ¿No es así Moratinos?

El Juez Garzón (y sus ínfulas de juez planetario) es el anti-juez por excelencia. El sabe que en Argentina, en Venezuela, en Cuba y en casi toda Sudamérica se han protegido (y se protegen) históricamente, cientos de etarras asesinos. Criminales probados, gente que han cometido atentados y actos sanguinarios y horribles en toda España, no en Buenos Aires, y menos que menos en Santiago de Chile. Pero al justiciero mayor de la Audiencia Nacional lo único que le interesa son los crímenes cometidos por ciertos militares extranjeros fuera del país y, valga que lo aclare, sólo si esos actos han tenido como diana a sus hermanos ideológicos: o sea, los comunistas. A Fidel Castro por ejemplo, y a pesar de habérsele entregado pruebas de sus asesinatos a decenas de españoles en Cuba, jamás lo ha encausado.

Abel Matutes, cartera de exteriores del PP, fue otro de los pendejos que abusó de su cargo para dedicarse a luchar contra la Ley Helms-Burton. A aquel payaso de frente grasosa aquella ley le parecía extraterritorial. Pero el hijo de su pu… rísima madre no consideraba extraterritorial el esclavismo turístico que fomentaba su propio Partido (con el asqueroso demagogo de Aznar a la cabeza) en Cuba. Y es que este servil bufón de la corte imperial de Fidel Castro tiene gran participación en la firma Sol Meliá. Imaginen, el responsable de la política de exteriores del PP en funciones, sabía que se enriquecía en propiedades robadas a cubanos, norteamericanos y españoles, pero como buen ladrón (¿o cómo llamar si no a los que negocian con las propiedades robadas?) la Helms-Burton era la que más le preocupaba.

De Felipe González, o de Rodríguez Zapatero, no creo que tenga nada que decirles. El primero (según me cuenta el hermano suizo-español de un ex-miembro del CESID) vivía pendiente de lo que los americanos decían de él. Le obsesionaba. Por eso el socialista, entró como ovejita blanca en la OTAN y puso los aeropuertos españoles al servicio del Pentágono. González bailó el ritmo que le impuso la Casa Blanca durante los 16 años que estuvo en el poder. Zapatero sufre ahora por no poder seguirlo, a pesar de haber puesto también sus aeropuertos al servicio de la CIA. Moratinos siempre supo que en el paquete de chantajes que le habían impuesto en Caracas (si no les vendían los avioncitos CASA), estaba el futuro nombramiento de un asesino etarra como alto funcionario en Venezuela. Luego se hizo el sorprendido, pero no hacía falta, pues la política de asquerosidades que se fragua en una urna amoral de 30 millones de votantes oportunistas no puede asombrar a nadie.

Y ahora, ya casi para terminar (porque Castro está que en cualquier momento guinda el piojo), surge el notición: “Médico gallego, especialista en cáncer, se ocupa del color de las suturas del culito roto de Fidel Castro”. ¡Acabáramos! Todos sabemos que aquel médico que tenga la posibilidad de auscultar la espalda de Fidel ha sellado su mala suerte profesional para toda la vida. Todos saben que la embajada de Cuba en Madrid vigila desde hace años los pasos de este supuesto “amigo” de Fidel y de toda su familia. Todos saben en la Casa Blanca que el viejo de La Habana está agonizando, que lo mantienen con quimioterapia y altas dosis de morfina, y que la visita de este payaso a Cuba no ha sido más que para divulgar un parte emitido desde la oficina del Comité Central. El oncólogo además, antes que galeno es comunista.

El gran Augusto Pinochet ha muerto, por lo que no podemos pedirle al Dr. García que para su próximo viaje al Sur lo incluya en sus consultas. Pero si podemos invitarle a visitar la cárcel en la que injustamente tienen retenido a Luís Posada Carriles en El Paso. Nuestro compatriota vive y este galeno ibérico dice no seguir juicios políticos a la hora de consultar a un paciente. Pues bien, si la charlatanería de este médico español fuera cierta, él partiría de inmediato hacia Texas, haciendo uso de sus vacaciones, si así se lo pedimos. Pero ni lo sueñen, esto no es posible por dos motivos tan simples como lógicos: (1) Posada Carriles nos ha demostrado que no le teme a la muerte y que jamás haría el ridículo que actualmente escenifica Castro y (2) el medicucho sabe que debe actuar como la concubina fiel de su cliente ¿barbudo? Al menos, si es que quiere disfrutar algunos años más de vida.

¿Cuántos españoles murieron en el hospital madrileño donde este cara-e-palo trabaja mientras él chequeaba las hemorroides gangrenosas de su comandante? ¿Quién pagó el avión, los honorarios, el hotel en La Habana, las medicinas, y el exceso de su equipaje cargado de regalos al regreso? ¿Se interesó el súbdito de la corona por los pacientes cubanos que en las mazmorras de aquella isla se pudren sin asistencia médica? ¿Saben los del PP y los del PSOE que no divulgar el estado de salud de Castro es un acto hostil contra el pueblo de Cuba? ¿Es acaso ético visitar a un asesino como Castro sólo para complacer su pedido de llevar más desesperanza a los cubanos en estas navidades? Lo repito, menciónenme un sólo español que no se oponga a nuestra libertad y entonces no lamentaré más llevar la podrida sangre que circula por mis venas.

Mis deseos para este 2007 son entonces del gusto y buen agrado del público español. Les deseo a todos los españoles un dictador como Fidel Castro, al que tanto han ayudado a lo largo de las últimas cinco décadas. Le deseo a la familia real, y más específicamente al Príncipe Don Felipe (ferviente admirador de cuanto caudillo aparece en Letrinoamérica) un médico de cabecera como el Dr. García Sabrido, o sea, un profesional de la salud más interesado en servir a la política del PSOE que en curar a sus pacientes en el hospital público donde trabaja.

Deseo que este año se cumplan los anhelos de todos los comunistas vascos y catalanes y que nazcan las Repúblicas Socialistas de Euskadi y Cataluña, libres del yugo de los Borbón. Y ya para terminar, deseo que el territorio español se vea reducido, previo desmembramiento de todas las comunidades autónomas, al espacio que hoy ocupa la apestosa comunidad de Madrid.

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