"Hay muchas líderes mujeres, ministras, viceministras, directoras de instituciones.
¿El pueblo cubano está listo para ser gobernado por una mujer?"
Entrevista exclusiva a Mariela Castro Espín, directora del Centro Educación Sexual de Cuba.
Por: Hinde Pomeraniec
EL CLARIN.COM
Llegó a Buenos Aires para hablar de lo que sabe. Mariela Castro Espín es la hija del actual hombre fuerte de Cuba, Raúl Castro, y de Vilma Espín, ex guerrillera y por años a la cabeza de la Federación de Mujeres Cubanas. Mariela (1963, casada, tres hijos) es la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. Para sorpresa de muchos, es también la promotora del proyecto de ley que autoriza operaciones de cambio de sexo y la modificación de documentos de identidad para transexuales en su país. En la sede del Partido Comunista de la calle Entre Ríos, al amparo de una imagen del Che, C astro Espín recibió a Clarín.
-¿Cómo surge su interés por estos temas?
-Me metí en temas de sexualidad cuando estaba trabajando en la Universidad pedagógica, fui la profesora más joven en esos momentos y cuando se crearon grupos de investigación, todos tomaban los temas más rimbombantes y me pidieron que tomara ese tema yo. Empecé con educación sexual infantil, después adolescencia. Siempre había tenido curiosidad por cómo se abordaban en Cuba los temas de homosexualidad y no me sentía satisfecha; me sentía muy incómoda con la homofobia, con cierta actitud incluso institucional que había frente a las personas homosexuales. En el Partido Comunista y en la Juventud Comunista no los consideraban, no se los aceptaba como militantes y eso realmente me parecía espantoso. No estaba de acuerdo y siempre lo peleé en los espacios que me correspondían, primero como estudiante, después como profesora.
-¿Tenía amigos gays?
-En particular o estrechamente no. Pero siempre escuchaba a la gente que me contaba sus historias, o las cosas que habían pasado en los años '60 ó '70. Siempre preguntaba a la gente porque quería tener las cosas claras; gente que incluso vivió esa experiencia y esa gente no lo contaba con rencor, era como que entendían por qué había pasado.
-¿Habla de los campos de trabajo a donde los enviaban?
-No eran campos, eran unidades militares de apoyo a la producción que se habían creado como una modalidad de servicio militar para facilitar que los hijos de obreros y campesinos salieran con una calificación que les permitiera un acceso a un trabajo mejor remunerado. Esa era la idea que se habían propuesto en el nuevo Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Era un momento de mucho revuelo, se estaba creando una nación revolucionaria y en medio de eso todos los ataques de terrorismo de Estado de que era objeto el pueblo cubano: era muy difícil. Y esta fue una de las iniciativas y en alguna de estas unidades hubo gente que humilló a los homosexuales, que consideró que había que llevarlos a trabajar para hacerlos "hombres". Había que "transformarlos", ésa era la idea de la época, estaba en el mundo entero. Incluso los psiquiatras hacía terapias para volverlos heteros exuales.
-¿Y había también actitudes discriminatorias con las lesbianas?
-La mujer es más cuidadosa y más discreta, por eso esas humillaciones eran para los hombres homosexuales. Pero no hubo desaparecidos, ni torturados; no hubo ni hay en Cuba crímenes de odio por la sexualidad como cuentan por ahí, tergiversando la realidad cubana. Pero sí, aquello fue una violación de los derechos de estas personas.
-Decía antes que empezó pronto a interesarse por la cuestión de la diversidad sexual...
-De alguna manera, aunque no trabajaba directamente el tema, cuando daba mis cursos de educación sexual tocaba los temas de la homofobia. En los espacios de radio y TV, incluso en alguna entrevista en el "Granma", en 1990. Ya mi mamá (Vilma Espín, esposa de Raúl Castro, recientemente fallecida) en los años '70 y '80 lo trabajaba en la Federación de Mujeres Cubanas, que siempre se enfrentó a estas actitudes homofóbicas incluso dentro del Partido, pero lograron poco en ese sentido. Poco para lo que pretendían lograr, ya que movieron el camino para que nosotros podamos hacer lo que hacemos, gracias a todo ese trabajo previo.
-¿Cuál fue su primera participación concreta en la política de diversidad sexual?
-Fue en 2004, a partir de que un grupo de más de 40 travestis y transexuales de la ciudad de La Habana se me acercaron al CENESEX para plantearme las dificultades que tenían con la Policía en el municipio de la zona de La Rampa, la más céntrica, donde se reunían y aún se reúnen. La Policía los estaba deteniendo arbitrariamente y luego salían por falta de causa, todo porque la población estaba protestando.
-¿Ejercían la prostitución?
-Algunos sí, otros no. La Policía lo hacía por las protestas, pero ahí había otro tipo de gente, no sólo travestis o transexuales; gente que estaba robando, molestando a los turistas. Hubo que poner freno, pero la manera en que lo hicieron... Identificaron a los travestis y transexuales como a la lacra de toda esa área. Nosotros consideramos que era un tratamiento inadecuado, pedimos reuniones con la Policía de la zona y lo que acordamos fue dejar las acciones aisladas y elaborar una estrategia nacional de atención a personas transexuales y travestis de manera de encaminar cuestiones de salud, sociales, educativas, laborales. De ahí salieron los argumentos para una Ley de identidad de género, de modificación al código de familia aprobado en 1975.
-¿La idea es incluir la posibilidad de matrimonio gay?
-Ya en el '75 se pretendía algo así. Particularmente mi mamá hablaba del matrimonio como "unión entre dos personas". Y sin embargo no prosperó, porque al llevarlo a la votación para el consenso popular la población no aceptó estas cosas.
-¿Por qué piensa que no prosperaron? ¿Por la tradición católica, por el machismo?
-Por el machismo y la heterosexualidad hegemónica que hay en nuestras culturas y porque en ese tiempo no se discutían estas cosas públicamente como ahora, y el proceso de elaboración era más lento. El Código de Familia avanzó hasta el nivel de análisis que llegaba la población cubana en ese momento. En los '70, '80 y '90 se trabajó intensamente, con la Federación de Mujeres y otras instituciones que formaban parte del programa de educación sexual y entonces se hicieron nuevas modificaciones. Ahora estamos introduciendo otro artículo relacionado con el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género que incluye la "unión legalizada" entre personas del mismo sexo. Hablar de matrimonio sería cambiar la Constitución. Incluirá los mismos derechos patrimoniales y personales que el matrimonio, incluida la adopción. Es en este punto donde hay resistencia en la población, en el tema de la adopción, pero también ocurre lo mismo en Europa.
-Mencionó los años '80. ¿Qué significó la llegada del sida a Cuba?
-Quien realmente tuvo la visión más amplia y más clara con respecto al Sida fue Fidel, que en el año 85, 86 -él venía al tanto de lo que pasaba en el mundo- le preguntó a la gente del Instituto de Medicina Tropical: "¿Ustedes han pensado que van a hacer con el sida? Porque yo pienso que va a ser la epidemia del siglo; ¿han pensado que van a hacer para evitar que llegue a Cuba o que se desarrolle?" "No, no lo pensamos pero si usted nos dice...", contestaron y fueron a Francia y contactaron lo último que había, con Luc Montagnier. Se empezaron a hacer pruebas sobre todo a los compañeros que venían de misiones en África y los primeros casos vinieron de ahí, precisamente.
-¿Hay cóctel de medicamentos en Cuba?
-Sí. A partir de esa pregunta que hizo Fidel se estableció la Estrategia Cubana de Prevención y Lucha contra el Sida: Fidel le pone a las cosas esos nombres (risas). Y entonces se creó todo un equipo de gobierno bajo el control directo del ministro de Salud y el Comandante. Eso ha permitido que las decisiones se tomen muy rápidamente, sobre todo las relacionadas con los presupuestos. La atención a las personas que viven con HIV es carísima, y toda la paga el Estado cubano. Fidel dijo que la ONU pague cosas que tienen que ver con la prevención, pero la atención es responsabilidad del Estado.
-¿Cómo es la proporción del Sida en hombres y mujeres?
-El 80% de los casos son hombres y de ese 80%, el 85% son hombres que tienen sexo con otros hombres, muchos relacionados con la prostitución.
-¿Y el reparto de preservativos?
-Gratuito, está subvencionado. Y en las farmacias se vende a un precio que prácticamente no paga ni la mitad de lo que le cuesta al Estado, que tiene que comprar en Europa o Japón, porque los EE.UU. por el bloqueo no nos puede vender condones ni nada.
-Leí en un artículo que participó en el guión de una telenovela...
-Fue iniciativa de la TV cubana. Decidieron hacer una telenovela, que se llamó "La cara oculta de la luna", donde había varias historias, entre ellas la de un hombre casado que descubre que le atrae un hombre homosexual. Fue la primera vez que sale algo así en la TV cubana, y causó un revuelo tremendo y eso que fue moderada. También algo estereotipada aunque lo importante es que abrió un debate en la sociedad. Los espacios televisivos dramatizados son los que le llegan a todo el mundo, a los marginales, a los que leen el periódico, a los inteligentes y a los brutos.
-¿Quiénes motorizan más los cambios en la sociedad cubana, hombres o mujeres?
-En Cuba la mujer ha cambiado mucho. Ya en su programa revolucionario, en "La Historia me absolverá", Fidel hablaba de la tremenda situación de explotación de la mujer cubana. Un porcentaje altísimo de las mujeres se prostitución porque no tenían alternativa. Iban a la capital buscando trabajo doméstico y terminaban de prostitutas. Luego una de las primeras cosas que hace la Revolución es ir a atender a estas mujeres y darles tratamiento médico, alfabetización, cursos para que empezaran a trabajar con cierta calificación. La vida de estas mujeres cambió y se estableció que la prostituta es una víctima, por lo tanto no es una figura delictiva, como sí es la del proxeneta. Porque hay una ley que penaliza la explotación del hombre por el hombre.
-Con la llegada del turismo a la isla, volvió la prostitución...
-Eso se había superado en Cuba, por eso cuando empieza el turismo dolió tanto al pueblo de Cuba que las mujeres empezaran a prostituirse, porque se habían dignificado mucho con la Revolución. Entonces se veía como algo indigno que mujeres con posibilidades se prostituyeran. Porque trabajo siempre hay en Cuba, porque hay una ley que obliga a que haya trabajo aunque no haya recursos, hay que inventar el empleo. Entonces dolía mucho que esto pasara y todavía duele. Los cambios más importantes a nivel de subjetividad lo han llevado las mujeres cubanas y los cambios en el hombre han sido a partir de los cambios en la mujer. No les queda más remedio, la mujer salió a trabajar y la casa cambió, entonces el hombre ha tenido que asumir responsabilidades domésticas.
-¿Qué pasa con los gays entre los militares?
-Yo siempre digo que donde hay humanidad, hay diversidad, y en el mundo militar también hay gays, sólo que por supuesto se cuidan porque es un ambiente que no los acepta. Todavía se considera que no hay condiciones para plantear cambios. Bueno, mi papá, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias me dice: "Mira, yo pienso que en tanto la población cambie, va a cambiar el Ejército, porque la población está dentro del Ejército también. Trabajen, sensibilicen, hagan, cambien la sociedad cubana y van a cambiar todo lo demás, también las instituciones..."
-¿Cómo fue crecer siendo mujer en una familia con hombres tan importantes?
-Pelear como loca, pelearse todo el tiempo, exigir todo el tiempo, y todavía todas pelean porque sino, imagínate, te comen. Las mujeres ahora se imponen, en todas las sociedades patriarcales es así y no dejar que te pongan el pie.
-¿Se imagina un futuro posible con una mujer en el gobierno?
-Sí, claro. Hay muchas líderes mujeres, ministras, viceministras, directoras de instituciones.
-¿El pueblo cubano está listo para ser gobernado por una mujer?
-Sí, está preparado.
-¿Hace 10 años hubiera sido posible?
-Hace 10 años no lo había pensado. Pero en el último tiempo se ha hecho una política de promocionar a la mujer. En estos momentos se investiga por qué la población no se reproduce. Como en Italia, la mujer cubana tiene uno, dos hijos a lo sumo. No tiene ningún deseo de quedarse esclava de la casa y los hijos. Creció mucho a nivel cultural y de independencia, pero si las condiciones económicas no mejoran... tú no te arriesgas a muchos hijos. Lo cierto es que la mujer ya no vuelve para la casa, cada vez más es posible imaginarla en lugares de poder y decisión. En esta última elección ganaron muchas mujeres, algunas muy jóvenes.
-¿Está viajando mucho, intercambiando experiencias con colegas de otros países?
-Bastante, pero si no voy yo, van mis compañeras.
-¿Viaja a EE.UU.?
-No nos dan visa. Estuve en una ocasión y después dos veces más me invitaron pero no me la dieron. La pedí y no me respondieron, y yo no estoy ahí para estarle rogando a los americanos, total que cuando quieren, los profesionales americanos van por un tercer país y mantenemos excelentes relaciones y un excelente contacto por e-mail.
-¿Cómo es el proyecto de ley para la diversidad sexual?
-Presentamos el proyecto al PC, que nos dio los contactos con los organismos del Estado. No sé cuándo se aprobará, se están haciendo definiciones de cosas muy importantes ahora en Cuba y me imagino que se han priorizado algunas propuestas. Nos han dicho: esto se va a aprobar. El Partido nos ha planteado que trabajemos con la población y con los medios, para llegar con la ley cuando estos temas sean conocidos por la gente.
-¿Cuánta gente está esperando para ser operada por cambio de género?
-Hay 27 transexuales esperando la operación, se está entrenando el equipo médico. Tan pronto esté listo, ya hay una resolución del Ministerio de Salud Pública que implementa el proceso de asistencia, de atención integral de salud, incluso la creación de una unidad especial para atender a los transgénero. Eso ya está aprobado, nada más el equipo esté listo, empezarán a operar y atender.
-¿Hay algún país en el que le parezca ideal el tratamiento de la diversidad sexual?
-El ideal siempre es maravilloso, lo difícil es la práctica. En Cuba en estos momentos estamos en debate de cómo es el socialismo que queremos; cómo nos va a dar más satisfacción y cómo crear la estructura económica que lo sostenga, siempre evitando la explotación del hombre por el hombre, la esencia del capitalismo. En eso estamos.
¿El pueblo cubano está listo para ser gobernado por una mujer?"
Entrevista exclusiva a Mariela Castro Espín, directora del Centro Educación Sexual de Cuba.
Por: Hinde Pomeraniec
EL CLARIN.COM
Llegó a Buenos Aires para hablar de lo que sabe. Mariela Castro Espín es la hija del actual hombre fuerte de Cuba, Raúl Castro, y de Vilma Espín, ex guerrillera y por años a la cabeza de la Federación de Mujeres Cubanas. Mariela (1963, casada, tres hijos) es la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. Para sorpresa de muchos, es también la promotora del proyecto de ley que autoriza operaciones de cambio de sexo y la modificación de documentos de identidad para transexuales en su país. En la sede del Partido Comunista de la calle Entre Ríos, al amparo de una imagen del Che, C astro Espín recibió a Clarín.
-¿Cómo surge su interés por estos temas?
-Me metí en temas de sexualidad cuando estaba trabajando en la Universidad pedagógica, fui la profesora más joven en esos momentos y cuando se crearon grupos de investigación, todos tomaban los temas más rimbombantes y me pidieron que tomara ese tema yo. Empecé con educación sexual infantil, después adolescencia. Siempre había tenido curiosidad por cómo se abordaban en Cuba los temas de homosexualidad y no me sentía satisfecha; me sentía muy incómoda con la homofobia, con cierta actitud incluso institucional que había frente a las personas homosexuales. En el Partido Comunista y en la Juventud Comunista no los consideraban, no se los aceptaba como militantes y eso realmente me parecía espantoso. No estaba de acuerdo y siempre lo peleé en los espacios que me correspondían, primero como estudiante, después como profesora.
-¿Tenía amigos gays?
-En particular o estrechamente no. Pero siempre escuchaba a la gente que me contaba sus historias, o las cosas que habían pasado en los años '60 ó '70. Siempre preguntaba a la gente porque quería tener las cosas claras; gente que incluso vivió esa experiencia y esa gente no lo contaba con rencor, era como que entendían por qué había pasado.
-¿Habla de los campos de trabajo a donde los enviaban?
-No eran campos, eran unidades militares de apoyo a la producción que se habían creado como una modalidad de servicio militar para facilitar que los hijos de obreros y campesinos salieran con una calificación que les permitiera un acceso a un trabajo mejor remunerado. Esa era la idea que se habían propuesto en el nuevo Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Era un momento de mucho revuelo, se estaba creando una nación revolucionaria y en medio de eso todos los ataques de terrorismo de Estado de que era objeto el pueblo cubano: era muy difícil. Y esta fue una de las iniciativas y en alguna de estas unidades hubo gente que humilló a los homosexuales, que consideró que había que llevarlos a trabajar para hacerlos "hombres". Había que "transformarlos", ésa era la idea de la época, estaba en el mundo entero. Incluso los psiquiatras hacía terapias para volverlos heteros exuales.
-¿Y había también actitudes discriminatorias con las lesbianas?
-La mujer es más cuidadosa y más discreta, por eso esas humillaciones eran para los hombres homosexuales. Pero no hubo desaparecidos, ni torturados; no hubo ni hay en Cuba crímenes de odio por la sexualidad como cuentan por ahí, tergiversando la realidad cubana. Pero sí, aquello fue una violación de los derechos de estas personas.
-Decía antes que empezó pronto a interesarse por la cuestión de la diversidad sexual...
-De alguna manera, aunque no trabajaba directamente el tema, cuando daba mis cursos de educación sexual tocaba los temas de la homofobia. En los espacios de radio y TV, incluso en alguna entrevista en el "Granma", en 1990. Ya mi mamá (Vilma Espín, esposa de Raúl Castro, recientemente fallecida) en los años '70 y '80 lo trabajaba en la Federación de Mujeres Cubanas, que siempre se enfrentó a estas actitudes homofóbicas incluso dentro del Partido, pero lograron poco en ese sentido. Poco para lo que pretendían lograr, ya que movieron el camino para que nosotros podamos hacer lo que hacemos, gracias a todo ese trabajo previo.
-¿Cuál fue su primera participación concreta en la política de diversidad sexual?
-Fue en 2004, a partir de que un grupo de más de 40 travestis y transexuales de la ciudad de La Habana se me acercaron al CENESEX para plantearme las dificultades que tenían con la Policía en el municipio de la zona de La Rampa, la más céntrica, donde se reunían y aún se reúnen. La Policía los estaba deteniendo arbitrariamente y luego salían por falta de causa, todo porque la población estaba protestando.
-¿Ejercían la prostitución?
-Algunos sí, otros no. La Policía lo hacía por las protestas, pero ahí había otro tipo de gente, no sólo travestis o transexuales; gente que estaba robando, molestando a los turistas. Hubo que poner freno, pero la manera en que lo hicieron... Identificaron a los travestis y transexuales como a la lacra de toda esa área. Nosotros consideramos que era un tratamiento inadecuado, pedimos reuniones con la Policía de la zona y lo que acordamos fue dejar las acciones aisladas y elaborar una estrategia nacional de atención a personas transexuales y travestis de manera de encaminar cuestiones de salud, sociales, educativas, laborales. De ahí salieron los argumentos para una Ley de identidad de género, de modificación al código de familia aprobado en 1975.
-¿La idea es incluir la posibilidad de matrimonio gay?
-Ya en el '75 se pretendía algo así. Particularmente mi mamá hablaba del matrimonio como "unión entre dos personas". Y sin embargo no prosperó, porque al llevarlo a la votación para el consenso popular la población no aceptó estas cosas.
-¿Por qué piensa que no prosperaron? ¿Por la tradición católica, por el machismo?
-Por el machismo y la heterosexualidad hegemónica que hay en nuestras culturas y porque en ese tiempo no se discutían estas cosas públicamente como ahora, y el proceso de elaboración era más lento. El Código de Familia avanzó hasta el nivel de análisis que llegaba la población cubana en ese momento. En los '70, '80 y '90 se trabajó intensamente, con la Federación de Mujeres y otras instituciones que formaban parte del programa de educación sexual y entonces se hicieron nuevas modificaciones. Ahora estamos introduciendo otro artículo relacionado con el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género que incluye la "unión legalizada" entre personas del mismo sexo. Hablar de matrimonio sería cambiar la Constitución. Incluirá los mismos derechos patrimoniales y personales que el matrimonio, incluida la adopción. Es en este punto donde hay resistencia en la población, en el tema de la adopción, pero también ocurre lo mismo en Europa.
-Mencionó los años '80. ¿Qué significó la llegada del sida a Cuba?
-Quien realmente tuvo la visión más amplia y más clara con respecto al Sida fue Fidel, que en el año 85, 86 -él venía al tanto de lo que pasaba en el mundo- le preguntó a la gente del Instituto de Medicina Tropical: "¿Ustedes han pensado que van a hacer con el sida? Porque yo pienso que va a ser la epidemia del siglo; ¿han pensado que van a hacer para evitar que llegue a Cuba o que se desarrolle?" "No, no lo pensamos pero si usted nos dice...", contestaron y fueron a Francia y contactaron lo último que había, con Luc Montagnier. Se empezaron a hacer pruebas sobre todo a los compañeros que venían de misiones en África y los primeros casos vinieron de ahí, precisamente.
-¿Hay cóctel de medicamentos en Cuba?
-Sí. A partir de esa pregunta que hizo Fidel se estableció la Estrategia Cubana de Prevención y Lucha contra el Sida: Fidel le pone a las cosas esos nombres (risas). Y entonces se creó todo un equipo de gobierno bajo el control directo del ministro de Salud y el Comandante. Eso ha permitido que las decisiones se tomen muy rápidamente, sobre todo las relacionadas con los presupuestos. La atención a las personas que viven con HIV es carísima, y toda la paga el Estado cubano. Fidel dijo que la ONU pague cosas que tienen que ver con la prevención, pero la atención es responsabilidad del Estado.
-¿Cómo es la proporción del Sida en hombres y mujeres?
-El 80% de los casos son hombres y de ese 80%, el 85% son hombres que tienen sexo con otros hombres, muchos relacionados con la prostitución.
-¿Y el reparto de preservativos?
-Gratuito, está subvencionado. Y en las farmacias se vende a un precio que prácticamente no paga ni la mitad de lo que le cuesta al Estado, que tiene que comprar en Europa o Japón, porque los EE.UU. por el bloqueo no nos puede vender condones ni nada.
-Leí en un artículo que participó en el guión de una telenovela...
-Fue iniciativa de la TV cubana. Decidieron hacer una telenovela, que se llamó "La cara oculta de la luna", donde había varias historias, entre ellas la de un hombre casado que descubre que le atrae un hombre homosexual. Fue la primera vez que sale algo así en la TV cubana, y causó un revuelo tremendo y eso que fue moderada. También algo estereotipada aunque lo importante es que abrió un debate en la sociedad. Los espacios televisivos dramatizados son los que le llegan a todo el mundo, a los marginales, a los que leen el periódico, a los inteligentes y a los brutos.
-¿Quiénes motorizan más los cambios en la sociedad cubana, hombres o mujeres?
-En Cuba la mujer ha cambiado mucho. Ya en su programa revolucionario, en "La Historia me absolverá", Fidel hablaba de la tremenda situación de explotación de la mujer cubana. Un porcentaje altísimo de las mujeres se prostitución porque no tenían alternativa. Iban a la capital buscando trabajo doméstico y terminaban de prostitutas. Luego una de las primeras cosas que hace la Revolución es ir a atender a estas mujeres y darles tratamiento médico, alfabetización, cursos para que empezaran a trabajar con cierta calificación. La vida de estas mujeres cambió y se estableció que la prostituta es una víctima, por lo tanto no es una figura delictiva, como sí es la del proxeneta. Porque hay una ley que penaliza la explotación del hombre por el hombre.
-Con la llegada del turismo a la isla, volvió la prostitución...
-Eso se había superado en Cuba, por eso cuando empieza el turismo dolió tanto al pueblo de Cuba que las mujeres empezaran a prostituirse, porque se habían dignificado mucho con la Revolución. Entonces se veía como algo indigno que mujeres con posibilidades se prostituyeran. Porque trabajo siempre hay en Cuba, porque hay una ley que obliga a que haya trabajo aunque no haya recursos, hay que inventar el empleo. Entonces dolía mucho que esto pasara y todavía duele. Los cambios más importantes a nivel de subjetividad lo han llevado las mujeres cubanas y los cambios en el hombre han sido a partir de los cambios en la mujer. No les queda más remedio, la mujer salió a trabajar y la casa cambió, entonces el hombre ha tenido que asumir responsabilidades domésticas.
-¿Qué pasa con los gays entre los militares?
-Yo siempre digo que donde hay humanidad, hay diversidad, y en el mundo militar también hay gays, sólo que por supuesto se cuidan porque es un ambiente que no los acepta. Todavía se considera que no hay condiciones para plantear cambios. Bueno, mi papá, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias me dice: "Mira, yo pienso que en tanto la población cambie, va a cambiar el Ejército, porque la población está dentro del Ejército también. Trabajen, sensibilicen, hagan, cambien la sociedad cubana y van a cambiar todo lo demás, también las instituciones..."
-¿Cómo fue crecer siendo mujer en una familia con hombres tan importantes?
-Pelear como loca, pelearse todo el tiempo, exigir todo el tiempo, y todavía todas pelean porque sino, imagínate, te comen. Las mujeres ahora se imponen, en todas las sociedades patriarcales es así y no dejar que te pongan el pie.
-¿Se imagina un futuro posible con una mujer en el gobierno?
-Sí, claro. Hay muchas líderes mujeres, ministras, viceministras, directoras de instituciones.
-¿El pueblo cubano está listo para ser gobernado por una mujer?
-Sí, está preparado.
-¿Hace 10 años hubiera sido posible?
-Hace 10 años no lo había pensado. Pero en el último tiempo se ha hecho una política de promocionar a la mujer. En estos momentos se investiga por qué la población no se reproduce. Como en Italia, la mujer cubana tiene uno, dos hijos a lo sumo. No tiene ningún deseo de quedarse esclava de la casa y los hijos. Creció mucho a nivel cultural y de independencia, pero si las condiciones económicas no mejoran... tú no te arriesgas a muchos hijos. Lo cierto es que la mujer ya no vuelve para la casa, cada vez más es posible imaginarla en lugares de poder y decisión. En esta última elección ganaron muchas mujeres, algunas muy jóvenes.
-¿Está viajando mucho, intercambiando experiencias con colegas de otros países?
-Bastante, pero si no voy yo, van mis compañeras.
-¿Viaja a EE.UU.?
-No nos dan visa. Estuve en una ocasión y después dos veces más me invitaron pero no me la dieron. La pedí y no me respondieron, y yo no estoy ahí para estarle rogando a los americanos, total que cuando quieren, los profesionales americanos van por un tercer país y mantenemos excelentes relaciones y un excelente contacto por e-mail.
-¿Cómo es el proyecto de ley para la diversidad sexual?
-Presentamos el proyecto al PC, que nos dio los contactos con los organismos del Estado. No sé cuándo se aprobará, se están haciendo definiciones de cosas muy importantes ahora en Cuba y me imagino que se han priorizado algunas propuestas. Nos han dicho: esto se va a aprobar. El Partido nos ha planteado que trabajemos con la población y con los medios, para llegar con la ley cuando estos temas sean conocidos por la gente.
-¿Cuánta gente está esperando para ser operada por cambio de género?
-Hay 27 transexuales esperando la operación, se está entrenando el equipo médico. Tan pronto esté listo, ya hay una resolución del Ministerio de Salud Pública que implementa el proceso de asistencia, de atención integral de salud, incluso la creación de una unidad especial para atender a los transgénero. Eso ya está aprobado, nada más el equipo esté listo, empezarán a operar y atender.
-¿Hay algún país en el que le parezca ideal el tratamiento de la diversidad sexual?
-El ideal siempre es maravilloso, lo difícil es la práctica. En Cuba en estos momentos estamos en debate de cómo es el socialismo que queremos; cómo nos va a dar más satisfacción y cómo crear la estructura económica que lo sostenga, siempre evitando la explotación del hombre por el hombre, la esencia del capitalismo. En eso estamos.
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