Agente de la policia secreta hungara siendo ajusticiado por el pueblo hungaro
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
NOTA ACLARATORIA: Les habíamos prometido publicar las notas del diario del estudiante húngaro Attila Fekete, en las que narraba día por día los acontecimienrtos del Alzamiento Nacional Popular y Anticomunista de Hungría en 1956 empezando el primer día del Alzamiento, pero debido a que los apuntes en algunos día son tan extensos que no podrían ser publicados en una sola edición, hemos decidido comenzar su publicacion desde ahora.
El pueblo ajusticia a los colaboradores de la Seguridad del Estado durante el alzamiento Nacional anticomunista de Hungría en octubre de 1956.
POR UNA MAYOR LIBERTAD Y MEJORES CONDICIONES DE VIDA- 22 DE OCTUBRE DE 1956:
La noticia llegó sobre alas veloces. 3000 estudiantes de Szeged (Ciudad en el Sur de Hungría) de la facultad de filossofía habían entregado su dimisión de las Juventudes Comunistas y fundado una organización independiente. En los medios universitariuos de la Capital reinaba una efervescencia como no se había visto jamás desde la llegada del régimen comunista.
Cuando me fui a primera hora a la Facultad me encontré con grupos discutiendo en alta voz la fabulosa noticia. "Estamos hartos de miseria. hartos de tener restricciones en materia intelectual, hartos de ver hambre y privaciones a nuestro pueblo". Inmediatamente fue redactada una nota que envíamos como "estudiantes de la Facultad de Agronomía" al Gobierno. En ella hicimos constar que exigíamos una organización estudiantil independiente y mejores condiciones de vida para el país entero sometido a la explotación de parte del régimen. "Si es necesario, saldremos a la calle en caso de no atender el Gobierno inmediatamente nuestras peticiones"
Igual que la juventud revolucionaria de 1848, los universitarsios de 1956 resumimos en 15 puntos nuestras exigencias, más que demandas, como la completa libertad de prensa, la abolición de la pena capital, la autorización de viajar libremente por todo el país y el extranjero, la libre importación de obras literarias, la abolición de la enseñanza obligatoria de marxismo leninismo en las escuelas y Universidades, la elevación del nivel de vida de las masas, particularmente en lo que se refiere a la alimentación, etc, etc.
Salimos de la Universidad formando grupos en actitudes más que animadas sin preocuparnos en lo más mínimo de la Policía Secreta, cuyo mero nombre bastó en otras épocas para impedir cualquier movimiento de inquietud o protesta. Yo me encontraba como en sueños no creyendo posible lo que veía: realmente ¿era posible hablar en este tono después de tantos años de censura? ¿ Era posible decir en alta voz lo que se pensaba? ¿Era posible desfilar por las calles bajo las insignias de la libertad? ¿ Era posible ver temblar el régimen? ¿ Era posible adivinar la aurora?
Alguien sonreirá ante esta ingenuidad. Parece infantil llamar libertad al hecho de desfilar unos cuantos estudiantes por las calles y su deserción de una organizacin juvenil, su manifiesto de 15 puntos. Pero ¿se sabe lo que eso significa en un estado comunista?
La prensa comunista lanzó desperadamente gritos de socorro: "no debemos usar armas que se puedan volver contra nosotros...no hace falta salir a la calle para buscar un arreglo....cuidado con el exceso de democratización". Pero nadie hizo caso a estas palabras, que en otro tiempo fueron mandato que cumplir so pena de prisión o muerte.
Szabad Nép (el "Granma" húngaro) radiaba de titoismo y libertad: " Hungría debe trazar su propia ruta que conduzca al socialismo". ¡Demagogia pura! Ya no se nos podía engañar después de 12 años de doloroso aprendizaje. Esto no hacía más que subir el tono ya bastante amenazador de las masas en las calles. Sabíamos que cualquier iniciativa de los comunistas sólo podía significar mayor esclavitud y explotación, miseria material y espiritual, empeoramiento de nuestra situación y peor nivel de vida.
Unas horas después de aparecer el citado artículo volvimos a reunirnos estudiantes y profesores en gran número. Esta vez nuestras exigencias fueron más lejos. Votamos una nueva moción de 22 puntos. La Liga Petofi por su lado, presentó sus demandas al politburó. A pesar del lenguaje bolchevique (de la liga Petofi) estas proposiciones en sí constituían una audacia sin par en un régimen comunista.
La noche llegó en medio de una expectación indescriptible. Miles y miles de húngaros se plantearon la cuestión: ¿Qué sucederá mañana?
El otoño se había adueñado de Budapest en toda su hermosura y en el corazón de todo el pueblo húngaro brotaba la esperanza de la primavera. Una esperanza apoyada por una firmísima decisión: "Ahora o nunca" Estas palabras del inmortal poeta de la revolución del 48 eran el santo y seña del alzamiento de octubre de 1956.
Attila Fekete ( Continuará
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