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El médico español que atiende al dictador cubano es un afamado procastrista
Por Agencias
DICIEMBRE 26, 2006 (NOTIMEX).- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hizo el ridículo cuando se mostró orgullosa de que el régimen castrista hubiera pedido colaboración a la Sanidad madrileña. Posteriormente tuvo que dar marcha atrás y criticar que Cuba -que presume de tener tecnología punta sanitaria- tuviera que pedir auxilio a España.
En realidad, ni una cosa ni la otra, porque el Dr. José Luis García Sabrido, Jefe de Cirugía del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, atendió a Castro a petición de Cuba y a "título personal", según señaló él mismo en rueda de prensa.
Aguirre no puede ni colocarse la medalla ni ejercer la crítica. Al menos no como responsable última del Dr. García Sabrido, quien lleva años colaborando con la sanidad cubana a título personal. Ha sido esa experiencia acumulada la que ha hecho que Cuba haya pensado en este doctor madrileño para atender al dictador y sobre todo, desmentir los rumores que se ciernen sobre su salud.
El pasado 15 de diciembre, el jefe de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, afirmaba que Fidel Castro "moriría en unos meses". De esta forma se desataban todas las especulaciones sobre la transición cubana, la idoneidad/capacidad del hermanísimo Raúl para gestionar el proceso, la posible intromisión norteamericana con el "plan Bush", etc..
Así que nada mejor que un "bata blanca" para pinchar las especulaciones. Según el Dr. García Sabrido, ni Castro padece cáncer -como se ha rumoreado- ni se está considerando una nueva intervención quirúrgica.
Además -según el médico español- Fidel Castro "podrá volver a ejercer el poder si su recuperación es absoluta". Eso sí, de momento, debe dedicarse a su recuperación y aplazar las labores de gobierno.
Para "respetar el secreto profesional", no está nada mal. Evidentemente, las declaraciones del galeno madrileño fueron pactadas con el régimen cubano en un intento de ganar tiempo.
Porque nadie en la isla-cárcel espera que regrese Fidel. Ni siquiera los que cuelgan los carteles de "80 años más". Tampoco el periódico oficial, Granma, que ya en septiembre, se refería a la vigencia de la Revolución una vez que el comandante en jefe, "por las leyes de la naturaleza" ya no esté al frente.
La nueva oligarquía castrista trata de mantener el status quo frente a las incertidumbres que se abren ante la muerte del dictador. Pero todo el mundo sabe también que la transición cubana comenzó el 31 de julio de 2006, fecha en la que se anunció la intervención de Fidel Castro.
Su desaparición de la escena pública durante cuatro meses y las críticas del Parlamento cubano al desastre económico del castrismo evidencian que los cambios han llegado.
La disidencia exige la inmediata liberación de los presos, la apertura económica y la transición hacia una democracia. Muchos temen que Raúl evolucione el régimen hacia un modelo chino: apertura económica y rigidez política en un estado policial.
El gobierno español parecía trabajar en una línea democrática: "Estamos dispuestos a trabajar en esos puntos que Ud. ha mencionado", señalaba recientemente el canciller Moratinos al diputado popular Jorge Moragas. Sin embargo, algo se torció para que finalmente el PSOE no apoyase la propuesta de transición democrática presentada por los "populares".
¿Cuál de estos principios no se merecen los cubanos?, se pregunta Jorge Moragas. "Todas las víctimas piden lo mismo: piden oxígeno para respirar, aliento para sobrevivir, y respaldo internacional para resistir", sostiene Moragas.
Les falló el respaldo español porque la izquierda de la piel de toro -como la hispanoamericana- sigue mirándose en el espejo del sueño revolucionario cubano. Un sueño convertido en pesadilla de hambre, miseria y desesperación. Y junto a esa izquierda política, la 'científica', siempre dispuesta a apuntalar el régimen dictatorial para orgullo indecente e inoportuno de la presidenta regional.
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