Los cubanos echan la quiniela
Se inicia un proceso electoral que definirá si Castro es reelecto o cede su cargo
MAURICIO VICENT - La Habana - 22/10/2007
Cuba realizó el domingo unos comicios municipales que son la primera etapa de un proceso electoral que definirá si el convaleciente Fidel Castro es reelecto presidente o entrega definitivamente sus cargos.
A la votación del 21 de octubre seguirá, en el primer trimestre de 2008, la elección de los más de 600 diputados que integran la Asamblea Nacional, que elegirán un nuevo presidente del Consejo de Estado y de Ministros. Desde que fueron creados los órganos del Poder Popular, en 1976, Fidel Castro ha ocupado siempre esas responsabilidades. Pero ahora, tras permanecer quince meses alejado del poder debido a una grave enfermedad, es una incógnita lo que ocurrirá.
Quinielas hay muchas. Todavía son mayoría los que dicen que por muy enfermo que esté Castro, se presentará a las elecciones y será confirmado en sus cargos. “Morirá con las botas puestas”, asegura Javier Martínez, un joven de 25 años, miembro de los Comités de Defensa de la Revolución. Como muchos de sus compatriotas, Javier opina que nada cambiará en la isla mientras viva el Comandante.
Otros cubanos aseguran que la enfermedad de Fidel ha abierto un proceso irreversible y que las elecciones servirán para sancionar lo que es ya una realidad: Raúl Castro al mando, y Fidel como orientador y gran referente de la revolución, pero sin responsabilidades directas de gobierno.
En medios académicos se baraja una tercera posibilidad:
Raúl Castro, que en numerosas ocasiones ha dicho que su generación debe propiciar el relevo, podría poner a disposición de alguien más joven, como el vicepresidente Carlos Lage o el canciller Felipe Pérez Roque, la jefatura del Estado y del Gobierno —cargos que según la Constitución cubana son ocupados por la misma persona—.
Según esta hipótesis, Raúl mantendría bajo su mando el control del Partido Comunista, y por supuesto del Ejército, desde donde guiaría y controlaría los cambios “estructurales y de concepto” que anunció el 26 de julio para reactivar la economía.
“De momento, todo son especulaciones; quizás no se decida hasta el último instante, y quizás ni siquiera sea lo más importante”, asegura un diplomático europeo. Un ex funcionario cubano comparte el análisis: “Si Fidel vuelve o no, no lo sé; lo que si sé es que hay conciencia en el Gobierno de que comienza una etapa crucial y que de los cambios que se hagan ahora, esté Fidel o Raúl —o los dos— , depende la supervivencia de la revolución”.
El proceso electoral en Cuba, donde existe un sistema de partido único, poco tiene que ver con el de los países de democracia representativa. Los comicios municipales del domingo, al que fueron convocados a votar 8.300.000 cubanos mayores de 16 años para elegir a los 15.236 delegados (concejales) que conformarán las 169 Asambleas Municipales del Poder Popular, son el primer momento del proceso electoral.
Los candidatos a delegado son propuestos a mano alzada por los vecinos en asambleas de barrio. No hay campaña electoral; simplemente se exponen sus biografías en escuelas, farmacias y locales de acceso público días antes de la votación. El Partido Comunista no postula ni es requisito que el candidato pertenezca a la organización partidista, pero de hecho su influencia es decisiva y jamás se ha dado el caso de que un opositor haya sido propuesto.
Los delegados municipales deben ser elegidos por más del 50% de los votos —en caso de no ser así, se realiza una segunda vuelta—, desempeñan sus cargos durante dos años y medio y pueden ser revocados por los electores.
Tras constituirse las Asambleas Municipales, son convocadas las elecciones para elegir a los diputados de las 14 Asambleas Provinciales y de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral). Por ley, el 50% de los diputados nacionales deben haber sido elegidos previamente delegados, y el otro 50 % es propuesto por una “comisión de candidatura” integrada por las organizaciones de masas, todas vinculadas al Partido Comunista, aunque éste formalmente no es el que postula. Las comisiones elaboran una lista cerrada de candidatos, con la peculiaridad de que sólo hay un candidato para cada escaño, que debe ser votado por al menos el 50% de los electores. Nunca se ha dado el caso de que un candidato no haya sido elegido.
Los diputados de la Asamblea Nacional eligen un Consejo de Estado de 31 miembros, de donde sale el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cargos que desde 1976 ha ocupado Fidel Castro. El líder comunista, de 81 años, no aparece en público desde finales de julio de 2006 debido a una grave crisis de salud que le obligó a delegar sus cargos en su sucesor constitucional, Raúl Castro, de 76 años.
Fidel todavía no ha definido si se presentará a una nueva candidatura, pero en los comicios del pasado domingo votó valiéndose de un recurso de la ley cubana que permite a los enfermos ejercer el derecho al sufragio desde su casa o el hospital, si no pueden acudir por sus medios al colegio electoral.
Para analistas y diplomáticos, lo más importante de este momento no es si Fidel sigue siendo presidente o no, sino si las autoridades van a acometer los cambios que la población reclama y cuál será el ritmo y alcance de las transformaciones.
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