Tuesday, October 9, 2007

Carlos Saladrigas busca fondos en Europa para sustentar el aparteid castrista


El Grupo de Estudios Cubanos avala el diálogo de España con Castro pero exige "más firmeza" en temas como los DDHH o presos políticos MADRID, 9 (EUROPA PRESS) - El Grupo de Estudios Cubanos (CSG, por sus siglas en inglés), una influyente organización cubano-americana de Washington, realiza estos días una gira por Europa para presentar en sociedad sus 'recetas' para acelerar la transición en Cuba, centradas en la concesión de microcréditos a los cubanos de a pie y en la creación de un fondo financiado por Estados Unidos y la Unión Europea para promover el desarrollo empresarial.

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En un encuentro con periodistas en Madrid, primera etapa de la gira que les llevará a Roma, Ginebra, Luxemburgo, Oslo, Estocolmo, Helsinki y Vilna, su vicepresidente, Carlos Saladrigas, desgranó los principales puntos de la propuesta. Cifró en 50 millones de dólares los recursos para la concesión de esos microcréditos, un dinero que sería financiado por empresas e instituciones privadas.

"El microempleo permitirá de forma rápida solucionar el problema de desempleo en la isla", explica Saladrigas, quien precisa que su propuesta contempla crear una sociedad con el banco 'Compartamos', el mayor microprestamista de Estados Unidos, para que sean los socios operativos dentro de Cuba. "Creemos que debería ser uno de los primeros pasos de un gobierno reformista en Cuba", añade.

Para su otra gran propuesta, la creación de un Fondo Empresarial Cubano inspirado en el modelo lanzado por la Casa Blanca en 1989 para apoyar los procesos de transición en los países de Europa del Este --como Polonia y República Checa-- Saladrigas propone que Washington y Bruselas aporten cada uno 100 millones de dólares, dinero que serviría para fomentar la actividad empresarial en la isla.

Así, aboga por reformas que sean "paulatinas" y que empiecen por lo económico porque, según dice, la apertura económica generará espacios que tomarán la sociedad civil y la oposición, y éstos a su vez presionarán para que haya mayores reformas y más profundas. "Poco a poco se van ganando espacios y se acaba convirtiendo en un un ciclo que debería terminar en un estado libre y democrático", subraya.

AVAL A LA POLITICA DE ESPAÑA

Durante su gira europea los representantes del Grupo de Estudios Cubanos quieren exponer su propuesta a los distintos gobiernos e instituciones financieras. En el caso concreto de España, se la han trasladado a funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y al Partido Popular, y a todos, según Saladrigas, les ha parecido "muy interesante".

Preguntado por el papel de España en el futuro de Cuba, Saladrigas cree en la política de diálogo y cooperación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero porque, según sus palabras, no es el momento de la confrontación. Pero también es claro al criticar la falta de apoyos "claros y públicos" a la oposición. "En la diplomacia se usan los gestos y símbolos", añade, en referencia a la polémica por la no invitación a disidentes a la Embajada española en La Habana.

"Es una ofensa a la soberanía española que otro gobierno les diga a quién pueden o no invitar. España está en su derecho de decidir cómo quiere tratar el tema de los disidentes, pero nos parece insólito que el Gobierno cubano dicte cómo deber hacerse", añade el vicepresidente del CSG.

Por eso insiste en que es el momento de facilitar el cambio. "No cabe duda que el diálogo y la colaboración son importantes ya que pueden ayudar a acelerar la transición, pero hay que hacerlo de forma crítica. Y España no deber sentirse avergonzada de promover valores fundamentales como el respeto a los derechos y libertades civiles, y pedir la excarcelación de los presos políticos", asegura tajante.

En otro momento, cuando le preguntan si es necesario un cambio en la Casa Blanca, responde con contundencia que sí, y está convencido de que en las próximas elecciones de noviembre de 2008 habrá un giro. "La coyuntura actual requiere cambiar de visión sobre el tema cubano. El actual aislamiento es totalmente contraproducente", considera.

"AISLAR DA OXIGENO AL REGIMEN"

Por eso, defiende el final del embargo y las restricciones a los viajes y envío de dinero a Cuba. "Aislar a un régimen totalitario es darle oxígeno (...) El mejor agente de cambio es el propio cubano, el de dentro y los que estamos fuera, paso esencial en el proceso de reconciliación, imprescindibles para la Cuba del futuro", añade.

Cuando Saladrigas habla de la "coyuntura actual" se refiere al momento que vive en Cuba tras el traspaso de poderes de Fidel a Raúl Castro hace un año. Entonces se abrió una "gran ventana" que "o se aprovecha o se cierra", según este empresario, para quien de no hacer nada se corre el riesgo de caer "en el abismo del tercermundismo".

En Cuba se ha abierto un debate interno, impulsado por el propio Raúl, sobre la necesidad de cambios. Aunque es difícil saber si el hermano de Fidel será un agente de cambio, para Saladrigas es más pragmático que Fidel. "Y es en ese pragmatismo donde nosotros vemos oportunidades y esperanzas de algún tipo de cambio", confía.

Sobre la legitimidad lograda por el régimen para mantenerse tantos años en el poder, cita la conocida personalidad carismática de Fidel, "quizá la más importante", la tradicional política de confrontación que tiene La Habana hacia Washington, y los logros de la revolución en materia de salud y educación.

Sin embargo, el vicepresidente del CSG advierte que ahora Raúl debe buscar su propia legitimidad ya que no tiene el carisma de Fidel, tampoco le interesa "o no se siente cómodo" en un conflicto permanente con Washington y sabe que los logros de la revolución están en decadencia. "Necesita resultados, que sólo vendrán si la economía cubana cambiar de forma estructural", subraya.

"EL FUTURO ESTA EN CUBA, NO EN MIAMI"

La supervivencia del régimen se basa, según Saladrigas, en la instalación del "miedo" y el "inmovilismo" de todos el país. Temor de la sociedad civil a un cambio "abrupto y violento", miedo del régimen a un levantamiento popular y a enfrentarse a la justicia, y miedo de los disidentes a la represión, la interferencia de Estados Unidos o la falta de reconomiento por parte de la comunidad internacional.

En varias ocasiones reconoce que los cambios tienen que venir de dentro porque los verdaderos protagonistas "están en Cuba y no en Miami", ya que la capacidad de cambio del exilio, de Estados Unidos o la comunidad internacional es "extremadamente limitada". De todas formas resalta el rol que está adoptando el exilio en la actualidad. "Debemos facilitar la transición y no ser un obstáculo", añade.

Saladrigas explica la transición que están viviendo los cubanos en Estados Unidos. Por un lado los "históricos", que cada vez son menos, las "nuevas generaciones", que llegaron a Miami en los ochenta, que están cambiando la dinámica política del exilio, y otro grupo más pequeño, nacidos o educados en Estados Unidos, que apuestan por la razón y el pragmatismo, y que busca "lo práctico, útil y efectivo".

En otro momento, se refirió a los dos sectores dentro del régimen, a los "históricos" que controlan el aparato represivo, que son los que más temen los cambios porque "no tienen donde irse", y las nuevas generaciones, más preparadas, ambiciosos y que piensan a largo plazo porque están "cansados" del sosiego de un proceso revolucionario que nunca llega a su fin, y "ansiosos" por buscar otros caminos.

Por último, destaca la gran oportunidad que tiene la comunidad internacional para explicar que el coste de una transición será "mucho más alto" cuanto más tarde se produzca. "La probabilidad de un cambio gradual hoy es alta, pero con el tiempo será más baja. Y la posibilidad de un cambio explosivo hoy es baja, pero con el tiempo subirá. Son cambios paulatinos, pero tiene que ser ya", sentencia.

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