"Fidel Castro es un padre omnipotente"
Así lo definió su hija disidente, Alina Fernández Revuelta, en una entrevista exclusiva con LA NACION
LaNacion.com
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MIAMI.- "No puedo desvincular al padre del comandante en jefe." Con esta frase, Alina Fernández Revuelta, la hija "rebelde" de Fidel Castro, sintetizó, en una entrevista exclusiva con LA NACION, sus sentimientos encontrados hacia el convaleciente presidente cubano. Alina, fruto de una relación extramatrimonial de Castro, recibió a LA NACION en su casa de clase media, ubicada en el distrito sudoeste de Miami, mientras el sol del mediodía hacía sentir todo su rigor. Y opinó que en Cuba existe un sistema político paternalista. Por eso, un padre mayormente ausente como el suyo también puede ser un padre "omnipotente". "Yo también he sido hija de la revolución", admitió. La hija de Fidel Castro es una coqueta y simpática mujer que durante su encuentro de una hora con LA NACION se preocupó por su peinado y declinó comentar su edad. También se interesa por la lectura: su biblioteca exhibe libros del pensador alemán Walter Benjamin y del escritor chileno Roberto Bolaño. Y, casualmente, o no tanto, un DVD alquilado de la popular película Good bye Lenin, que narra los últimos días del antiguo régimen comunista de Alemania oriental. Fernández Revuelta se mostró muy crítica con el llamado realizado ayer por el presidente norteamericano, George W. Bush, a los cubanos, a los que instó a rebelarse "pacíficamente". "Con los errores que ha cometido y a esta altura de su mandato, Bush podría guardarse su opinión. Puede transformarse en un pretexto para que la represión en Cuba recrudezca", dijo. -¿Qué sabe de la salud de su padre? -Directamente, nada. Ahora todo el mundo es médico y sabe de gastroenterología. Combátelo [a Castro] a nivel político, a nivel humano, filosófico e intelectual. Ya cuando se trata de enfermedad, me parece que hay que respetar. O sea que si supiera algo, no lo diría. -¿Le gustaría estar con él en sus últimos momentos? -El respeto y el cariño hay que darlos en vida. No ha sido éste el caso; yo soy una de tantos millones que por temas políticos e ideológicos han quedado totalmente desprendidos de sus progenitores. Me preocupa muchísimo más estar con mi madre, y tampoco tengo la posibilidad de hacerlo, porque ella vive en Cuba y yo no puedo volver. Alina, que ha sido reiteradamente calificada como la "hija rebelde" de Castro, vive el calificativo como una "carga". Sin embargo, su libro autobiográfico, publicado en 1998, se llama Memorias de la hija rebelde de Fidel Castro. En él, narra "el estatismo obligado" que vivió bajo el régimen castrista y que derivó en su dramática fuga. En diciembre de 1993, Alina salió del aeropuerto de La Habana rumbo a Madrid con un pasaporte español falsificado, maquillaje y peluca. La operación, con destino final en Miami, fue financiada por una mujer cubano-americana ya fallecida, Elena Amos, y requirió que tres españolas ingresaran en el país caribeño en plan turístico, con el pasaporte que se iba a falsificar luego con la foto de Fernández Revuelta y hasta con la peluca que iba a utilizar para escaparse. "Gastamos dos rollos de fotos en el cuarto de mi hija, que acomodé con sábanas y luces. Como había modelado, sabía un poco de eso", contó. Luego, el pasaporte fue falsificado fuera de Cuba y reingresado en secreto. La hija de Fidel Castro se dirigió al aeropuerto ya disfrazada, con el pasaporte falsificado y hablando con acento español. El taxista le preguntó: "¿Cómo llega usted de Madrid a su destino?", una ciudad española que no es Madrid y que Alina prefiere no revelar. "Yo no sabía dónde coño quedaba. Y contesté [con acento español]: «Pues en tren». Soy muy buen clown", dijo. Luego le dio al taxista una "gran propina" y le pidió que ubicara el mostrador de Iberia en el aeropuerto. "El hombre llegó a los gritos: «¿Quién es el último en la cola?», preguntó. Entonces todo el mundo miró. Llegué llamando la atención. En eso consistió mi gran estrategia", narró Alina. Dijo que la verdadera dueña del pasaporte denunció su extravío poco antes de que ella se fugara, con lo que pudo salir después de Cuba gracias a un permiso de viaje que le expidió la embajada española. Alina explicó que decidió dejar Cuba porque no tenía trabajo y estaba muy disconforme con el régimen. Sin embargo, su principal objetivo fue sacar de allí a su hija. "Yo salí en Navidad, cuando nunca pasa nada, y gracias a que el asunto se aireó de esa manera, yo dije: «Lo único que deseo es sacar a mi hija. Si no, me voy a la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra»." "Entonces, el reverendo Jesse Jackson dijo que iba a rescatarla y, efectivamente, el día 31 ella ya estaba acá", dijo. -¿Cómo era en Cuba la relación con su padre? -Por último inexistente. Antes era esporádica, pero de tutela. El está amarrado a algo. Pero su propio sistema de seguridad personal no permite que sea de otra manera. Te conviertes en una persona a la que hay que vigilar porque te puedes transformar en un posible riesgo para su seguridad personal. -¿En algún momento fue padre? -Es una persona tan omnipotente, omnipresente y omnisciente, que aunque nunca fue un padre no dejó de serlo [se ríe]. No había nada que pudiera hacer que no estuviera él de algún modo aprobándolo, viéndolo o desaprobándolo e interviniendo. El desaprobó totalmente mi último matrimonio. -¿Cómo cree que se va a sentir cuando aquí festejen su muerte? -No me va a gustar. Pero si algo he logrado en mi vida es un maravilloso nivel de tolerancia para que los demás ejerzan sus libertades. Por Leandro Uría Enviado especial
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