Friday, October 5, 2007

40 años después, Che sigue alimentando revolución cubana

40 años después, Che sigue alimentando revolución cubana

Por Esteban Israel

LA HABANA (Reuters)
- "¡Pioneros por el comunismo. Seremos como el Che!," gritan cada mañana un millón de niños cubanos en las puertas de sus escuelas.

Bienvenido a Cuba donde, 40 años después de su ejecución en Bolivia, el guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara continúa siendo el modelo de "hombre nuevo" de la revolución.

"El Che es un héroe muy bueno. Luchó para que todos los niños tuvieran escuela," explicó Alián, de ocho años, al salir de clase en el centro histórico de La Habana.

Mientras en el resto del mundo el Che simboliza la rebeldía anti sistema, en Cuba encarna en cambio la dieta ideológica del Gobierno comunista.

"Tu ejemplo vive. Tus ideas perduran," dice un cartel junto a una carretera en las afueras de La Habana.

Fotos en blanco y negro del médico, que recetaba la guerrilla contra los problemas del Tercer Mundo, cuelgan como crucifijos en oficinas públicas y casas de familias de Cuba, donde los abuelos desempolvan recuerdos del humanismo del "guerrillero heroico."

"Era una maravilla de hombre. Muy honesto, muy serio," expresó Celida Caballero, un ama de casa de 77 años, quien dijo que tuvo "el honor de hablarle y darle la mano" hace ya casi medio siglo.

Guevara conoció al líder cubano Fidel Castro durante su exilio en México en 1955 y abrazó inmediatamente la causa de la revolución cubana.

Cuba recordará el 8 de octubre el 40 aniversario de su caída con un acto político en Santa Clara, una ciudad a 270 kilómetros al este de La Habana donde el Che libró su principal batalla.

MARTIR DE LA REVOLUCION

En la isla las camisetas del Che no son sólo cosa de turistas. Incluso jóvenes cansados de política dicen admirarlo y hay aún quienes se tatúan su rostro en el brazo.

"Muchos idolatramos más al Che que a Fidel. Es un símbolo de rebeldía también aquí. Y no sólo para los revolucionarios," comentó Ruth, una estudiante de informática.

El Gobierno cubano sigue organizando las "jornadas de trabajo voluntario" ideadas por el Che para forjar, según decía, la moral revolucionaria.

Su imagen desaliñada y barbuda circula en monedas, adorna la Plaza de la Revolución y recibe a los visitantes en la antesala de la oficina que ocupó como presidente del banco central.

El médico argentino fue, según su biógrafo Jon Lee Anderson, la mano dura de la guerrilla, un hombre que no titubeó a la hora de ajusticiar traidores y estuvo en la primera línea de fuego.

Después del triunfo de la revolución, Castro le encargó la depuración del ejército del dictador Fulgencio Batista mediante juicios sumarios y fusilamientos en su cuartel de la fortaleza del Morro, a la entrada de la bahía de La Habana.

Sus ideas marxistas lo convirtieron, dicen, en el ideólogo que encaminó a Cuba por la senda del comunismo, impulsando la reforma agraria y la nacionalización de empresas extranjeras.

HOMBRE NUEVO

Pero su ejemplo de sacrificio y ética revolucionaria parece encontrar hoy poco eco en una sociedad amenazada por la corrupción y el desvío de recursos, según ha advertido Castro.

"El problema es que la sociedad cubana se echó a perder," explicó Ruth, la estudiante de informática.

Otros creen que el centralismo y otras recetas de economía marxista que el Che prescribió desde sus despachos en el banco central y el Ministerio de Industrias fracasaron y esperan que Raúl Castro, en el poder desde que su hermano Fidel enfermó 14 meses atrás, abra el mercado para dar oxígeno a la población.

"Nadie está proclamando sus concepciones centralizadoras. No hay un texto sobre eso," dijo el economista Oscar Espinosa Chepe, que acabó en la cárcel por defender la apertura de la perestroika soviética.

Eloy Gutiérrez Menoyo, un comandante que tras la revolución pasó 22 años preso por alzarse en armas contra el comunismo que el Che predicaba, dice respetarlo como guerrero.

"Pero si hoy estuviera vivo probablemente estaría protestando igual que yo y diciendo que el país requiere un cambio," dijo el disidente de 72 años.

Guevara fue visto por última vez en Cuba a inicios de 1965, antes de sumergirse en la selva del Congo en una desastrosa aventura militar contra el colonialismo africano.

A comienzos de 1966 pasó en secreto por La Habana camino a su encuentro con la muerte en Bolivia.

"Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos," dijo en una carta divulgada por Castro meses después, en la que renunciaba a sus cargos y a su ciudadanía cubana.

Un equipo de forenses cubanos exhumó sus restos en 1997 en la localidad boliviana de Vallegrande. Hoy descansan en un mausoleo en Santa Clara, por donde peregrinan anualmente unos dos millones de turistas y admiradores.

Si el Che viviera tendría hoy 79 años, el promedio de la vieja guardia que, medio siglo después de bajar de la Sierra Maestra, sigue gobernando

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