Saturday, September 15, 2007

Otra entrevista a Gloria Estefan






Gloria Estefan:
"Ojalá venga la transición en Cuba, pero que sea paulatina para que puedan adaptarse al cambio"

La cantante cubana reaparece tras cuatro años de ausencia con '90 millas', un disco en castellano que hoy presenta en concierto en Madrid

Jordi Vaqué

Madrid 15/09/2007
Gloria Estefan reaparece tras cuatro años de ausencia con un disco en castellano. Bajo el nombre de 90 millas, la distancia que separa Cuba con el extremo sur de Florida, Gloria recupera el sonido clásico de la isla con una mirada de nostalgia anglosajona. Arropada por grandes de la música latina como José Feliciano, Cachao o Carlos Santana, Gloria se anticipa a la que podría ser la transición política más comentada de los últimos 40 años: el fin del Castrismo.

-Teniendo en cuenta la actual situación en Cuba, ¿podría ser 90 millas el primer disco de Gloria Estefan publicado legalmente en la isla?
-Eso sería increíble. Y si eso se diera me encantaría ir y hacer un concierto en una Cuba libre, que es el único sueño profesional que no he cumplido. Sabe Dios, hay muchos mensajes para ellos ahí. Muchas canciones que pensé directamente en los cubanos de la isla cuando las escribí, y que quería que tuvieran ese sentir. Así que ojalá venga esa transición, pero que sea paulatinamente para que puedan adaptarse al cambio. Porque les espera un cambio muy brusco a nivel de información.
-De todos modos algunas de sus canciones se escuchan ya en Cuba…
-Sí, todo el mundo que ha ido me lo dice. Aunque no las pongan por la radio de manera oficial, la gente las escucha. Antes se pasaban por cassettes y ahora en Cd, así que sé que me conocen muy bien por allá.
-90 millas aparece en el mercado en un momento de transición en la isla. Se habla incluso de que Fidel podría haber muerto hace semanas. ¿Cómo influyó esa situación en el proceso de grabación del disco?
-Ha coincidido, pero fue pura casualidad. Hace un año, cuando Fidel cedió el poder a Raúl, ya nosotros habíamos escrito todas las canciones. Y yo estaba trabajando en algunas letras, pero básicamente el sentir del disco estaba creado. No lo hicimos adrede pensando que venía una transición. Pero sí es cierto que contra más pasa el tiempo la nostalgia se hace más real y más me duele no haber conocido, no haber cantado en mi tierra libre. Nadie imaginó que esto fuera a durar 48 años o más. Como ser humano en este momento de mi vida significa mucho para mí poder lanzar un disco de esta índole, trayendo los sonidos cubanos al mundo moderno con los maestros de la música que comparten el disco conmigo. Increíblemente ha coincidido.
-¿Y en su situación no resulta duro emocionalmente cantar sobre su tierra?
-No, porque en realidad es un canto de esperanza, la esperanza que tenemos todos fuera de Cuba. Y dentro también, porque coincidan o no con lo que está pasando, yo sé que los cubanos tienen que ansiar una mejor vida. Todo el mundo que va a Cuba sabe que están reprimidos en las cosas más simples. No pueden entrar a un hotel cuando tienen familias ahí, no pueden ir a restaurantes o acceder a las playas si hay turistas. No hay ninguna razón para que eso suceda.
-¿De ahí que en tus discos siempre haya tintes políticos?
-Desde Oye mi canto, que fue un himno a la libertad de expresión, siempre vas a encontrar comentario social en mis canciones. No es tan político, porque para mí la música siempre me evadió de la política. Mi padre fue prisionero político dos años en Bahía de Cochinos, sirvió en Vietnam y volvió enfermo con el agente naranja, así que para mí cantar fue como una vía de escape. Pero en mi música sí vas a encontrar mensajes sobre cosas humanas, como la libertad de expresión que creo que se merecen tener los cubanos allá.
-El disco combina la música tradicional cubana desde la perspectiva de los Estados Unidos. ¿Es 90 millas como una metáfora suya?
-Yo diría que sí, porque yo soy de dos mundos. Aunque esas 90 millas en mi mundo cubano significan separación, en mi mundo americano significan que no han logrado separarnos de esa herencia cubana, de quienes somos. Definitivamente hay una ironía muy grande: me transplantaron como una semilla de Cuba a Miami, que es una ciudad que me permitió crecer empapada en mi cultura al principio del exilio. Ahora hay una mezcla más grande de latinoamericanos o haitianos, y Miami es una ciudad mucho más internacional; pero al principio era lo más cerca que podría estar de Cuba.
-¿Cómo se refleja esta relación en la música?
-En este disco particularmente empleamos tecnología digital y luego la pasamos a analógico para tener la calidez que queríamos lograr. La canción Me odio, por ejemplo, que es una guajira, por debajo tiene una base de Hip Hop que no se escucha pero se siente. Tenemos esas mezclas y a músicos como Feliciano o Santana, que trae la música tocando latino pero con un estilo rock, que es el suyo. Tiene más combinaciones y fusión que Mi tierra, por ejemplo.
-La canción que da nombre al disco está en yoruba (lengua afrocubana) ¿No fue difícil aprender la letra?
-Trajimos a un experto en yoruba, un espiritista. Le dijimos lo qué queríamos decir en la canción y le pedimos que lo escribiera en yoruba. Estudié mucho la pronunciación y quería que fuera exacta. Aunque él no es cantante, le hice que me la cantara para saber cómo sonaba. El yoruba es un idioma africano que se usa en las ceremonias afrocubanas y para mí fue fácil aprenderlo, porque el sentir musical ya lo tenía. Pero estudié muy detenidamente la pronunciación, la entonación y lo planteé como un canto para la libertad de Cuba, porque para mí era importante hacerlo de una forma muy real. Esa es una de la canciones más "valientes" del disco, porque mezcla muchas cosas distintas: tiene el sonido y el ritmo afrocubano muy fuerte, luego un coro de muchas voces que suena como una ola, esa ola de cambio que estamos sintiendo cada vez más alto, un llamado de un pueblo que ha estado fuera de Cuba y que ansía conocerla. Por eso la escogimos como título del LP, porque significa mucho el sentir que tenemos al hacerlo.
-Desde que en 1993 publicara el disco Mi tierra, Gloria Estefan se ha convertido en un personaje con una vertiente muy política. ¿Se siente cómoda con esa condición?
-Me siento cómoda porque no tengo remedio. La razón por la que me ven como algo político es por el estado de mi país. No es por mi música, porque mi música no ha sido política. Yo sí he sido muy vocal y he hablado claramente de lo que yo siento por el régimen: mi imagen es política, porque soy cubana, y cualquier cosa que sea cubana se politiza. Tenemos al dictador más largo en la historia de nuestro país, que además es alguien que ha manejado muy bien las relaciones públicas mundialmente. Él ha tenido muy buen control de los medios.
-Este sábado ofrece un concierto gratuito en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. ¿Cómo se siente tras 11 años sin dar un concierto en España?
-Feliz, es muy distinto a lo que he hecho, porque normalmente cuando estoy de gira tengo una producción inmensa. Eso será simplemente la música y yo en ese escenario. Es una sinopsis de nuestra carrera, porque el año que viene quiero regresar con todas las canciones. Esta vez haré canciones del nuevo disco y antiguos éxitos. Rico, ese rencuentro. Ojalá sea un saborcito para lo del año que viene.
-Gloria Estefan se despide de los escenarios... ¿definitivamente?
-Sí, espero acabar finalmente la gira que comencé hace 4 años es Estados Unidos pero que nunca pude llevar a Europa, Latinoamérica ni a Oriente. Espero terminarla el año que viene para ver a mi público. No me retiro, pero esa será la última gira que haré.
-¿Ni siquiera regresaría para hacer una gira en Cuba?-Bueno, en Cuba no será una gira, será un concierto de celebración… ¡olvídate! ¡Ahí estaré! (ríe)

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