Cuba: desabastecimiento en aumento

Aurelio Pedroso (La Habana)


Según el rumor popular, la causa fundamental del actual proceso paulatino de desabastecimiento en la red de establecimientos que venden en pesos convertibles en Cuba se debe a una disposición de Raúl Castro que ha detenido las compras en el exterior con el objetivo de saldar las deudas contraídas con los chinos, los que a su vez también han paralizado el suministro de algunos encargos.

Las cuentas claras y la amistad perdurable parece ser la divisa asiática. Sea de esta forma o de otra imaginable, lo cierto es cada día disminuye la oferta . "En breve nos pondremos como a principios de los noventa, cuando una cajetilla de cigarrillos llegó a valer 80 y hasta 100 pesos cubanos (ahora no llega a 10)", nos ha referido una simple ama de casa que asoma su cabeza por nuestra oficina para seguir camino de la bodega. "Espero que tomes nota del asunto", dice confiada en que sus palabras podrían ser noticia.

De latas de conserva, sólo se divisan en los estantes los productos cárnicos chinos y los inaccesibles (por su carestía) españoles.

Y así las cosas no es de extrañar que el delito aumente en la medida que la actual crisis no tenga solución, al margen de esos personajes que llevan en la sangre el pillaje y el timo para con los demás. Pero en definitiva, aunque la gente lo comprenda sociológicamente, lo que en el fondo desea es tranquilidad y no vivir en constante sobresalto.

Cinco asaltos en menos de una semana en la manzana, un récord histórico según viejos vecinos; un prófugo de asesinato que la policía supone se oculta en el vecindario, y para colmo de males, un "jabao" (se les llama así a los de color de piel más o menos blanca y pelo de negro) disfrazado de agente cazador de mosquitos y ya con varios robos en las viviendas que ha visitado.

Total, que ya nadie abre puertas sin preguntar antes de quién se trata. Mal momento para los vendedores clandestinos que carecen de clientela previa. La anciana señora sin huevos en la nevera y ventana de por medio diciéndole al vendedor que no, que muchas gracias, que en el "refrigerador" lo que sobran son huevos.