Los lodos que dejaron las aguas culturales en Cuba

Por Juan Cuellar

Muchas versiones he oido acerca de las causas que llevo a Cuba al desastre en que se encuentra en este preciso instante. Muy bien. Es bueno hurgar y urdir los tejidos de nuestra historia, pero es triste y vergonzoso, que a la hora de explicarla, se obvien participaciones de sectores de esa sociedad, y, que a la misma vez, sean esos sectores los narradores de su historia. La omision se hace obvia y no es accidental, como afirmaba la poeta Marianna Moore cuando dijo: "las omisiones no son accidentes."
Intelectuales prominentes como por ejemplo, Emilio Roig de Leuchsenring, quien influyo enormemente en la educacion y la historia de Cuba y nuestros proceres, merece una gran responsabilidad junto a otros intelectuales cubanos de la primera mitad del siglo pasado.
Quien urda la historia de Emilio Roig se dara cuenta que esta frente a un hombre que amo a Cuba intensamente con enorme patriotismo, pero quien, debido a su cultura extraordinaria, fue victima de ella. Su anti-imperialismo lo llevo a afirmar, como lo hace hoy el regimen en Cuba, que Marti era anti-imperialista, sin embargo se le olvido la advertencia de Marti acerca de las "lecturas extrajerizantes" del socialismo al que se ligo el catedratico revolucionario, quien debido a su asociacion con los republicanos espan~oles, dirigio, entre otras actividades en su vida, El Instituto de Intercambio Cultural Cubano-Sovietico (con la misma intencion de los intercambios culturales actuales), y en La Asociacion de Auxilio al Nin~o del Pueblo Espan~ol, siendo miembro del Comite de Honor entre reconocidos intelectuales de la epoca que se adherian al ideal republicano Espan~ol. La historia, curiosamente, se repite y tristemente se olvida con el triunfo roboilusionario.

Ahi, en ese movimiento -de lecturas extranjerizantes- que llevaban los republicanos espan~oles, se formaron las alianzas entre toda la intelectualidad cubana a favor del Comunismo y el socialismo republicano que dio al traste con la Republica que tanto solian defender.

Un hombre que tuvo acceso a documentos historicos; fue historiador, escritor, profesor, decano de leyes, politico, periodista y un sin fin de titulos y posiciones que lo llevaron a ser un personaje influyente en nuestra historia; un educador por excelencia y vocacion. Un hombre que posiciono, si se quiere decir, la brujula de Cuba rumbo al norte desastrozo al que arribo la republica que tanto defendio y siguio defendiendo hasta el dia de su muerte en 1964. Si la intencion de la vocacion es buena, pero la idea del vocacionista es mala, el resultado es obvio.

?Como deberia sentirse el primer Historiador de la Habana (Comisionado intermunicipal de La Habana de 1927 a 1935) si pudiese atisbar el fruto de la obra que el mismo apoyo y sembro en Cuba durante su vida o la condicion de la Habana actual, que es lo mismo que decir Cuba?

Pero claro, el no solo es responsable de su historia. Hay mucho que hurgar y urdir en el tejido de la intectualidad cubana del siglo pasado para entretejer el misterio de las asociaciones y las influencias de esa elite cargada de idealismos foraneos. Cuba lo merece.

Hoy, debido al fruto del Anti-Imperialismo (y con mayusculas), se encuentra una quinta parte de su poblacion dentro del Imperio y una elite intelectual que lo acecha con los mismos "Intercambios Culturales". Que triste paradoja.