Saturday, February 3, 2007

Raúl Castro recupera a veteranos represores de los setenta en la televisión, el cine y el teatro

Los artistas alertan de una vuelta «a la peor censura»
Felipe Jiménez
La Razon

Castro todavía se sostiene sobre las cabezas de los cubanos
Ciudad de México- Cuando Raúl Castro cumple seis meses al frente del poder en Cuba, decenas de intelectuales y artistas en la isla han dado la voz de alarma ante lo que consideran una regresión a los años setenta, cuando el régimen ejerció la mas dura de las censuras en sus casi cinco décadas de existencia. La preocupación de los intelectuales se debe a la reaparición que se está produciendo de comisarios políticos que hace 30 años censuraron toda visión crítica del país, desconocieron la obra de los artistas exiliados, discriminaron a los homosexuales y rechazaron toda influencia artística occidental.
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) ha señalado en una declaración oficial que «comparte la justa indignación» de sus miembros, y que «la política cultural martiana, antidogmática, creadora y participativa de Fidel y Raúl es irreversible». Los temores han surgido a raíz de una entrevista de la televisión oficial el pasado 5 de enero a Luis Pavón Tamayo, director del ahora desaparecido Consejo Nacional de Cultura (CNC) durante el llamado «quinquenio gris» (1971-1976).Pavón fue brazo ejecutor de una política que censuró y condenó a la muerte civil a decenas de intelectuales. Ahora se le presenta como alguien que realizó aportaciones valiosas a la cultura nacional, sin citar su pasado represivo.
De la misma manera, los cubanos han vuelto a ver en televisión al que fue en esa época presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Jorge Serguera, perseguidor de cuanto escritor quisiera utilizar su pluma para cuestionar al régimen castrista. Los intelectuales cubanos destacan una aparición más, la de Armando Quesada, a cargo del sector teatral, quien, como Pavón y Serguera, es recordado por su discriminación a los actores homosexuales y su rechazo a toda influencia artística occidental.
Críticas por email
Una lluvia de reclamaciones circuló en los correos electrónicos hasta formar un dosier, presentado a Abel Prieto, ministro de Cultura. Luego hubo varias reuniones entre el alto cargo e intelectuales preocupados ante la regresión del régimen. La primera fue «puramente informativa», dijo el dramaturgo, Antón Arrufat. «Fue más bien preparatoria» de otras en las que se informó que el asunto había llegado a las manos de Esteban Lazo, encargado de los medios dentro del Partido Comunista Cubano. Según la versión de algunos, Lazo habría pedido disculpas a la comunidad intelectual.
Por lo pronto, escritores emigrados, como Eliseo Alberto y Abilio Estévez, se han unido a la discusión para compartir la indignación de sus colegas de la isla caribeña. Otros, como Amir Valle, creen que hay que llevar el debate más adelante y depurar responsabilidades a todo nivel. El antecedente más conocido del «quinquenio gris» es el caso del poeta Heberto Padilla (1932-2000), cuyo poemario «fuera de juego» (1968), aunque premiado, fue catalogado de «contrarrevolucionario» y encarcelado 38 días, tras lo cual hizo un discurso autoinculpatorio. Vivió aislado hasta su exilio, en 1980. Su situación provocó una tormenta de protestas en el mundo y marcó la primera ruptura de sectores intelectuales con el régimen de Fidel Castro.

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