Saturday, March 10, 2007

Con las manos manchadas de sangre


Publicado el 03-09-2007
Diario Las Americas

http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=24403&pag=0


Con las manos manchadas de sangre




Por José Sánchez-Boudy


El comunismo es una organización criminal. Una organización, por lo tanto, en que todos los miembros de la misma son responsables de los crímenes que ella comete. Es más, todos esos elementos a través del mundo que apoya el genocidio cubano, es culpable de los crímenes del mismo. Y tiene las manos manchadas de sangre. Lage no le habrá dado un tiro a nadie, “pero tan culpable, dice el refrán cubano, es el que mata la vaca como el que le agarra la pata”. Es culpable del río de sangre del comunismo cubano. Está manchado de sangre de arriba abajo. Como lo está Alarcón. Como lo está Ventura Machado. Miren, este tipejo. Ventura Machado no aparece en ningún sitio matando a nadie, pero es uno de los más acerbos, de los más crueles sicarios de Castro.
Todo el Partido Comunista, toda su dirigencia, toda la nomenclatura, hasta el último miembro sabe que en Cuba se mata, que en Cuba existe un genocidio y más de cuatrocientas cárceles donde se destruye al pueblo cubano.
Y esto que les digo de la responsabilidad colectiva es completamente jurídico. Consúltenlo con cualquier abogado. Cuando se creó el Tribunal de Nuremberg, donde bochornosamente, se permitieron puestos a los asesinos comunistas, la SS fue declarada una organización criminal, y todos sus miembros, por pertenecer a ella, culpables de los crímenes cometidos por la misma; todos.
Lage, y Alarcón, y los miembros de la Asamblea Popular, y los miembros del Partido ya como tales, o como ejecutivos, todos son culpables de los crímenes que se cometen a diario en Cuba: el crimen de las prisiones; el crimen del hambreamiento del pueblo cubano; los crímenes en las cárceles; los crímenes del Remolcador cargado de niños; de las torturas…
Toda esta canalla sabe que en Cuba se fusila y aprueban los fusilamientos perteneciendo al
Partido; a la Seguridad del Estado; a las organizaciones de Respuesta Rápida…
Comparen esto con los miles de personas que en Cuba tratan por todos los medios de supervivir sin prestar servicios al comunismo. Yo me encuentro a diario gente recién llegada de la patria, y en centenares, encuentro unos modales, una forma de ser que los separa del comunismo. Y es que en la casa, los padres; los familiares, los ancianos, guardan aún los ideales y los valores de la Cuba Eterna. Y los trasmiten. Recuerden el libro que he citado tanto, en que una dictadura trató de eliminar toda la cultura del mundo, pero miles de personas memorizaban a Shakespeare, los Evangelios; la Imitación de Cristo; los discursos inmortales del puritano Cotton Mother de Goethe, en fin, toda la cultura, para que no muriera. Y esto, está pasando en Cuba.
Todo el equipo comunista en Cuba está manchado de sangre. Y tratar de dialogar con él es una utopía. Todo diálogo lleva al reciclaje, y hoy, en Polonia, los mellizos gobernantes están llevando a cabo una investigación exhaustiva para eliminar al comunismo infiltrado, no solamente en la Iglesia Polaca, sino en todos los órganos del gobierno. Por eso no puede existir diálogo con el comunismo sino los Tribunales de Justicia, para que no quede huella del mismo.
En un artículo anterior, dije que el comunismo cubano no es sólo una apetencia de poder sino aquello que el Romano Guardini, un pensador católico, en un ensayo sobre el poder señalaba: “la destrucción del hombre”.
El comunismo cubano pretende hacer cisco del alma cubana; borrar su historia; comenzar la misma con el Castro-Marxismo; elevar a Castro a la figura máxima de nuestro acontecer histórico y hacer del pueblo cubano una manada de zombies, llamada “el hombre nuevo”, embrutecidos y esclavizados. Recuerden que un dictador
habló de convertir a los polacos en seres desprovistos de la menor cultura; que sólo supieran contar del uno al cinco, y que trabajarán para la raza superior. En la mente humana cabe la mayor de las monstruosidades, como las que están pasando en Cuba.
El comunismo, por lo tanto, es un crimen colectivo. El comunismo es un crimen contra la humanidad. El comunismo cubano ha tenido siempre una idea: dominar al mundo. Por absurda que esta parezca. En todos los puntos del mundo han tratado de penetrar.
Castro lo dijo rotundamente: “yo entré a tiros y hay que sacarme a tiros”. Y en este alarde mostraba la consigna de no irse jamás. No se le puede sacar con diálogos con sus subalternos. Si alguien ha sido genuflexo, Lage es un buen ejemplo. Su categoría dentro del comunismo cubano se debe a los servicios que le prestó para salvarlo y es incondicional del mismo, por eso anda por el mundo representándolo.
Con el diálogo, lo he dicho siempre, no se llega a nada. El diálogo es un signo de debilidad, y lo digo, no para ofender a nadie, porque el análisis indica que él no funciona con el comunismo, como relataré en un próximo artículo, estudiando cómo el marxismo-leninismo, en su contextura, rechaza todo aquello que no sea sometérsele como un esclavo.
Por lo tanto, meditemos sobre todo esto; veamos la trayectoria del comunismo cubano, que ha sido el uso del terror y del crimen a la altura del genocidio, donde más manchadas están las manos de sangre.

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