NICOLAS PEREZ: El juicio a Posada Carriles

By NICOLAS PEREZ

Uno de los triunfos de propaganda más importantes de Fidel Castro en medio siglo de dictadura ha sido acusar a sus enemigos exiliados de la voladura del avión cubano en Barbados, donde el 6 de octubre de 1976 perecieron más de 73 inocentes. Mi criterio y creo que el de todo este exilio, es que una acción terrorista de este tipo, a pesar de la barbarie comunista, no tiene ningún tipo de justificación ética ni política.
Siempre ha estado sumamente oscuro quien cometió este atentado, pero Fidel, que dirigió personalmente esta operación de propaganda difamatoria, escogió como chivo expiatorio de esta acción a Luis Posada Carriles.
Luis Posada carga con los mismos errores y aciertos de todos los que escogimos la lucha armada para derrocar al castrismo. Tiene a su favor algo que respeto, es el cubano que con más persistencia ha intentado ajusticiar a Fidel Castro. Sus enemigos lo acusan de haber estado envuelto en acciones de guerra violentas, aunque entre presos políticos, combatientes exiliados y expedicionarios de Bahía de Cochinos, ¿hay alguno que esté libre de pecado como para tirar la primera piedra? Posada tiene para mí finalmente en su contra algo imperdonable, estuvo demasiado tiempo sirviendo y obedeciendo los intereses de la Agencia Central de Inteligencia. Pero tengo una absoluta convicción: él no voló el avión cubano en Barbados. Hay incluso pruebas poligráficas que tengo en mi poder, hechas por Thomas W. K. Mote, un experto con una gran credibilidad, Forensic Polygraph Examiner, FPA, Certification #118 , el cual concluye que después de 3 pruebas con 3 preguntas claves que le hizo entre el 7, el 12 y el 14 de mayo del 2005, ha quedado demostrada la total inocencia de Luis Posada Carriles en este crimen.
No obstante, Fidel Castro comenzó a desarrollar una campaña de propaganda sistemática, con esa locura obsesiva que imprime contra todo enemigo que quiere destruir, convirtiendo a Posada Carriles en su némesis. Y como en mentir e inventar Fidel es bueno, y en destruir un genio, el pueblo cubano, castristas e indiferentes, creyeron su cuento. Y lo creyeron, y esto duele en el alma, incluso algunos exiliados y opositores. Y lo creyó América Latina. Y una parte importante del gobierno norteamericano.
El domingo pasado en el restaurant Harriet's de Cayo Largo desayuné, lo hacemos con frecuencia, un amigo de Posada y mi hermano por más de 50 años, Santiaguito Alvarez, con el cual comencé esta lucha, y a quien le devolví recientemente dos cartas llenas de sueños, que me había escrito a Washington en diciembre del 60, cuando me preparaba para regresar a la clandestinidad en Cuba, y Santiago militaba en los grupos de lanchas rápidas.
En el Harriet's hablamos sobre el juicio a Posada, y me recordó que Gilberto Abascal, el testigo principal de la fiscalía, había sido detenido hace años viajando hacia Cuba con fotografías y datos de organizaciones anticastristas de Miami. Y que el FBI tenía datos específicos de su vinculación con la inteligencia cubana, especialmente con su agente de contacto llamado ``Daniel''. No obstante, agencias de nuestros supuestos aliados, con una falta absoluta de ética, le han estado pagando a Abascal decenas de miles de dólares, y esto es récord público.
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