Monday, March 14, 2011

Los Talibanes de Barcelona: Retiran la estatua de la Victoria


Retiran la estatua de la Victoria
Por Eduardo Palomar Baró.

El domingo 30 de enero del corriente año, cuatro días después de conmemorarse el 72 aniversario de la triunfal entrada en la Ciudad Condal del victorioso Ejército Nacional, con el abrumador recibimiento de los barceloneses plenos de júbilo y agradecimiento, abrazando a las tropas liberadoras con emoción y alegría indescriptible, fue desmontada del obelisco situado en el cruce del Paseo de Gracia con la Avenida Diagonal la figura artística del eminente escultor Federico Marés, que simbolizaba la Victoria.
El “excelentísimo” alcalde Jordi Hereu, perteneciente al grupo iconoclasta, especialista en las defenestraciones y vandálicas destrucciones de todo simbolismo artístico ciudadano que pueda recordar al antiguo Régimen y cuya sola mención del anterior Jefe del Estado, les acelera su tránsito intestinal disparándose a la vez el ritmo cardíaco.
El abogado laboralista y periodista Fernando Vizcaíno Casas, en su genial libro “…Y al tercer año resucitó” (Planeta, Colección Fábula) en una sugestiva parodia demuestra palpablemente la cobardía de estos pseudo demócratas, que con su talante frentepopulista se han adueñado arteramente de la nación española, con patente de corso para obrar a su antojo sin contar con la opinión de los ciudadanos. A esos únicamente recurren a la hora de las elecciones…
El personaje Jordi Hereu tiene una predisposición al despilfarro público con el dinero del contribuyente, como felicitaciones navideñas, publicaciones de auto bombo y autocomplacencia personal y municipal, impuestos onerosos para posterior malversación, etc.
De forma delirante quiso reformar la Diagonal, intentando destruir una de las avenidas más bellas de España, con una consulta que fue un estrepitoso fracaso, votando un diez por ciento de ciudadanos, con el resultado negativo. El coste fue de varios millones de euros. Sólo por este motivo, en un país civilizado, lo habrían cesado fulminantemente.
Una verdadera vergüenza y afrenta ha sido la desmontada escultura mencionada, arropada por provectos resentidos, portadores de banderas tricolores (¿serán constitucionales?) y profiriendo gritos e insultos al pasado, ante la pasividad de los transeúntes y la protección de la Fuerza Pública.
Lamentable, bochornoso, incomprensible para el español de bien que desea la paz y la concordia, y no los revanchismos bajo la tutela de esa inaudita Memoria Histórica (Histérica).
Barcelona con esos energúmenos iconoclastas se esta convirtiendo en adalid de atentados arquitectónicos y esculturales, como si con estas insensatas medidas fueran a ganar la guerra que perdieron por su inoperancia, por sus revoluciones interiores, asesinatos, el terror, el vandalismo, la falta de orden, disciplina y mando que debe prevalecer en un ejército, libertinaje, anarquismo, etc. etc. A fin de cuentas no hicieron la preconizada revolución, ni ganaron, a Dios gracias, la guerra.
La Historia es la Historia, y aunque se empeñen con esas actuaciones propias de talibanes, no lograrán cambiarla.

Más artículos del mismo autor.
Versión imprimible.
Formato PDF

No comments: