Por
Freddy Subdiaga. Miembro del Comité Central del PCV. La Ceiba, 1 / Marzo / 2011
80 años de constancia y firmeza Revolucionaria Marxista-Leninista.
Desde 1923, la III Internacional le asigna al camarada Aurelio Fortoul, la misión de iniciar las actividades patrióticas y revolucionarias de las y los comunistas venezolanos y, para efectuarlas se contaba con un grupo revolucionario bajo la dirección colectiva de los camaradas Salvador de la Plaza, Pio Tamayo, Gustavo y Eduardo Machado, Ricardo Martínez, entre otros. Que sucesivamente, tres años después forman diferentes organizaciones revolucionarias como el Partido Revolucionario Venezolano (PRV) con la finalidad de desarrollar el plan revolucionario comunista, que debía construir las bases para establecer la soberanía democrática revolucionaria de los obreros y campesinos; enfrentando y combatiendo la dictadura tiránica de Juan Vicente Gómez; además de lidiar y confrontar el escamoteo, tergiversación y encubrimiento del proceso dialéctico e histórico de la filosofía marxista-leninista por pseudo revolucionarios con el adjetivo de comunistas, para tratar de impedir que las masas trabajadoras oprimidas tanto, del campo como de la ciudad, tuviesen la posibilidad de llegar por sí mismas a la toma del poder político, y, transformar revolucionariamente la sociedad venezolana feudal con la perspectivas de dar al traste con el modelo capitalista que venía ganado adeptos en la oligarquía criolla latifundista.
Al transcurrir el tiempo, superando toda una serie de dificultades, propias de la lucha de clases los camaradas avanzan, y, separados ya del PRV, como la fracción comunista que formaban parte de la Internacional Sindical Roja. En 1928 deciden cumplir con la tarea de organizar el Partido Comunista de Venezuela, bajo la dirección del Buró del Caribe, que dirigían principalmente Salvador de la Plaza, Gustavo Machado, Pio Tamayo, entre otros; quienes ya habían militado en otros Partidos Comunistas de otros países de Latinoamérica y el Caribe. A inicios de 1930, José Pio Tamayo junto a Josefina Juliac y otras mujeres fundaron un Centro de Estudios Comunistas en Caracas, en junio de ese mismo año se continúa la tarea ideológica constituyéndose círculos de estudios comunistas y en noviembre Raúl Osorio con 13 estudiantes forman un grupo denominado pomposamente Partido Comunista Venezolano. Posteriormente ya para 1931, el 5 de marzo se concreta la Fundación del Partido Comunista de Venezuela, asumiendo el perfil propio del destacamento organizado de la clase obrera y el campesinado. A partir de esta fecha se prosigue el trabajo incansable e inclaudicable con los mejores hijos e hijas de la clase más revolucionaria, la clase obrera, con el objetivo de hacer realidad el plan revolucionario comunista, que no es otro, que el de orientar y marchar ligados a las trabajadoras y trabajadores, para que se logre el rol histórico de la toma del poder político e instaurar la Soberanía del Proletariado.
Si bien es cierto, que todo este transitar de las y los comunistas de la sociedad venezolana, no ha sido fácil, en vista que se ha tenido que enfrentar, persecución, cárcel, tortura, represión y desaparición; por gobiernos dictatoriales, apátridas, entreguistas, antidemocráticos y anticomunistas (Juan V. Gómez, López Contreras, Marcos P. Jiménez, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera; Carlos A. Pérez, Luis H. Campins). Que obedecieron a los intereses más oscuros de la reacción imperial y sus testaferros de la oligarquía criolla, hoy capitalista, cuyos intereses son avaros, rastreros y antihumanos. Obviamente con la dignidad y moral revolucionaria que nos caracteriza se apoyo al gobierno nacionalista y progresista del General Isaías M. Angarita, se contribuyo con el gobierno prodemocrático de Rómulo Gallegos; y en la actualidad estamos consecuentes con el proceso revolucionario bolivariano que encabeza el compatriota y líder Hugo R. Chávez Frías.
Todas estas experiencias demuestran el temple de hombres, mujeres y jóvenes; fogueados al calor de la lucha del pueblo trabajador, que hasta los recientes días han mantenido en alto la Bandera Roja del Martillo y la Hoz, como expresión concentrada del método de estudio e investigación y guía para la acción de la concepción científica de las ideas de emancipación de la clase obrera, plasmadas por Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir Ilich Lenin, vinculado al precepto de la Educación Popular y Libertaria de Simón Rodríguez; del Pensamiento Integracionista y Emancipador de Simón Bolívar y las premisas de Tierras y Hombres Libres, Elección Popular y Horror a la Oligarquía del General Ezequiel Zamora.
El legado de la concepción científica Marxista-Leninista, noción materialista de la historia, base ideopolítico-organizativa de toda la militancia del PCV, que contribuye al enriquecimiento de la cultura universal, la ética y moral del ser humano social, creativo y productivo; como pivote central de la clase obrera, que tiene como misión lograr el objetivo de construir la nueva formación socioeconómica, el comunismo científico. Este Objetivo requiere de la praxis revolucionaria mancomunada de las comunistas y los comunistas, pero también del accionar consciente de los trabajadores y trabajadoras, sumando las mejores voluntades de personalidades que coinciden con esta misión histórica de la clase obrera. De aquí la convicción de los hombres, mujeres y jóvenes que militamos, tanto, en el PCV y la JCV, de cumplir y hacer cumplir el ejercicio de la Dirección Colectiva del este proceso revolucionario bolivariano, cuya conducción del mismo debe estar en primera línea nuestra clase obrera organizada y de todo el pueblo trabajador con su líder que conduce la transformación del sistema capitalista hacia el socialismo. Cuyo espació será el gran polo patriótico que debe ser una instancia que vaya más allá de lo meramente electoral.
De toda esta trayectoria es relevante, al reafirmar que estos 80 años de constancia y firmeza Revolucionaria Marxista-Leninista, es la continuidad de esa visión rebelde de acabar con el sistema de la explotación del hombre por el hombre (capitalismo) e instaurar la sociedad justa y equilibrada (COMUNISMO CIENTÍFICO) donde, no exista ni opresor ni oprimido, ni ricos ni pobres; donde el fruto del trabajo social y colectivo satisfagan las principales necesidades materiales y espirituales, y, donde el soñar, crear y amar sea la gran realización del genero humano...
Por tal razón, las y los comunistas venezolanos celebramos estos 80 años, con la evidencia de que Ser COMUNISTA es, una posición humana firme sobre la convicción de la rebeldía consciente y con conocimiento contra este sistema de cosas injustas (capitalismo) que favorece a una minoría y, somete a la miseria y dolor a la inmensa mayoría del pueblo trabajador, mutilándole el principio de la creatividad y productividad del ser humano para su propia emancipación.
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