Me hubiese complacido muchísimo poder acompañar al amigo Guillermo Gortázar, en la presentación de su libro, “Cuba: camino de libertad”, cuya lectura recomiendo. Me apena, y envío mis disculpas a todos los asistentes, en especial a las señoras Esperanza Aguirre, Berta Soler y al Sr. Gortázar. Nuestra entrevista con el Sr. Ministro de Relaciones exteriores José Manuel García-Margallo, a quien agradezco habernos recibido, se vio retrasada y nos impidió llegar a tiempo al lanzamiento.
Guillermo es el presidente de la Fundación hispano Cubana, cuyo objetivo es la libertad y la devolución de los derechos al pueblo cubano. Ese es también el empeño del Movimiento Cristiano Liberación y de la iniciativa del Camino del Pueblo, que es la propuesta de casi la totalidad de la oposición dentro y fuera de Cuba. Este Camino es la respuesta al Cambio Fraude que pretende mantener el poder y los privilegios de un grupo de personas sin el reconocimiento de las libertades fundamentales.
Las reformas económicas que no otorgan la autogestión a los ciudadanos, ni vienen acompañada del reconocimiento a los derechos civiles y políticos de las personas, no garantizan, ni facilitan una transición democrática. No nos encontramos ante el reconocimiento de la empresa privada, sino ante concesiones que el gobierno entrega a algunos privilegiados y que utiliza para mostrar a la opinión pública internacional una imagen de apertura que no es real. Vale mencionar que al mismo tiempo asistimos a un aumento de la represión contra los activistas pro democracia dentro de la isla.
Primero la persona debe ser libre y luego decidirá qué hacer con la economía. Solo el respeto en la ley y en la práctica de los derechos humanos garantizará que todos los sectores de la sociedad tengamos la oportunidad de participar y construir la transición verdadera, que conduzca a la democracia. Solo a los cubanos corresponde discernir y definir el futuro de nuestro país y buscar la prosperidad de nuestra nación.
Mi padre quien es patrono fundador de la Fundación Hispano-Cubana, nos enseñó que ni el estado, ni el mercado pueden estar por encima de las decisiones de los pueblos y los derechos de los ciudadanos. Por la soberanía de estas decisiones y el respeto de estos derechos mi padre y Harold Cepero entregaron sus vidas y por estos objetivos en el movimiento democrático cubano seguiremos trabajando.
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