por Esteban Fernández
YOANI
(Parte 2 y Final)
Vuelvo a hablar de Yoani Sánchez y este es mi último artículo al respecto sobre ella. No pienso relegar mis ataques contra la tiranía, ni el costumbrismo, para dedicarme a esta muchacha. Casi todas las reacciones a mi escrito pasado han sido positivas, pero unos cuantos piensan que no debí criticarla. Y a estos segundos, respetuosamente, les dedico estas humildes lineas.
Lo primero que deseo decirles a los que no están de acuerdo conmigo es que: Si mis dos queridas hijas se atrevieran públicamente a pedir la libertad de los cinco espías yo les salía al paso y reaccionaría de la misma manera que lo hice con Yoani.
Y adoro la memoria de mis padres, pero si estos resucitaran y dijeran que consideraban que Gerardo Hernández y comparsa deben ser devueltos a Cuba sería la primera vez que les faltaría el respeto y les dijera en forma descompuesta: "¡Ustedes están equivocados!"...
Y no detesto a estos cinco tipos por espías sino por haberles costado las vidas a unos jóvenes patriotas, decentes, honestos y que solamente estaban logrando salvar a compatriotas de perecer ahogados en el mar. Créanme que lo menos que merece Yoani por sus desatinadas opiniones es que los padres de estos muchachos le halen las orejas en el mismo aeropuerto de Miami por falta de respeto.
Alguien dijo: “¿Quién es usted para atreverse a criticar a esta patriota?” Y yo respondo ¿quién diablos es Yoani Sánchez para que no pueda ser tocada ni con el pétalo de una flor? ¿Quién soy yo? No soy nada del otro mundo, simplemente un humilde cubano que 20 años antes de que naciera Yoani ya estaba públicamente defecándome en Fidel Castro en cualquier esquina de mi pueblo, en las guaguas, en el Instituto de donde fui expulsado por no aceptar a la tiranía y en todas partes.
¿Qué discrepar con ella divide al exilio y al pueblo cubano?. Quizás, pero la mayor división que ha sufrido el destierro cubano en 54 años lo está produciendo ella. No hay un solo rincón del exilio cubano donde mis compatriotas no se estén fajando por culpa de esta joven. Unos a favor y otros en contra. La verdad es que este era un exilio cansado y callado hasta que esta muchacha puso un pie en el exterior.
Sobre la Base Naval de Guantánamo todo cubano que ha estudiado nuestra historia -y no ha sido adoctrinado por el régimen- sabe que los norteamericanos perfectamente bien hubieran podido apropiarse de la Isla aprovechando las condiciones espantosas en que se encontraba nuestra Patria tras el genocidio que impuso Valeriano Weyler y simplemente acordaron poner una Base allí y pagar mensualmente por ella. En un final Gitmo es el único territorio de Cuba próspero, libre y limpio.
Y sobre el Embargo a Cuba les diré que eso no fue más que una tímida reacción del gobierno estadounidense ante el robo descarado de todas las propiedades americanas en nuestro país. Lo correcto hubiera sido que en ese instante invadieran a Cuba y sacaran a los ladrones a bombazos.
Yoani, y el 90 por ciento de sus defensores, no estaban ni nacidos cuando Fidel Castro en todas las tribunas del país les lanzaba insultos a los norteamericanos, gritaba “Yanquis go home”, se burlaba del Presidente de este país, les echaba la culpa injustamente de la voladura de La Coubre. Con todo y eso la realidad es que en ese instante los americanos simpatizaban con él y le hubieran dado villas y castillas -en lugar de hacerle un embargo- si Fidel Castro los hubiera tratado decentemente.
Y de paso ustedes saben que si desapareciera la excusa del embargo la tiranía encontraría cualquier otro chivo expiatorio. Por lo tanto yo, al contrario de Yoani, lo que pido es UN VERDADERO BLOQUEO NAVAL donde no entre ni salga ni un simple alfiler. Y aquello se cae antes de dos meses.
Por último ¿Qué Yoani es muy valiente? O.K. Pero ¿saben por qué? Porque la tiranía no le ha apretado las clavijas. Mis heroínas son Olga Marrero, Alicia del Busto, Cari Roque, Polita Grau, Iliana Curra, Nelly Rojas, Ana Lázara Rodríguez, Agata Villarquide, Dora Delgado y cientos de prisioneras más, quienes sufrieron muchísimos años de verdadero cauterio, en infrahumanas condiciones, sin bajar las cabezas ni claudicar, plantadas, recibiendo bayonetazos, comiendo pura bazofia. Estas son las que siempre han merecido nuestro homenaje.
Pero viviendo en un apartamento de lujo, lleno de computadoras, de efectos eléctricos, de teléfonos portátiles y patente de corso para escribir algunas nimiedades y recibir premios en efectivo no me produce a mi ni la más leve admiración. Mientras tanto, un zapato viejo de la difunta Zoila Aguila, la legendaria Niña del Escambray, yo lo depositaría en un museo de la causa cubana.
Y colorín colorado mis opiniones sobre Yoani se han acabado.
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