por Esteban Fernández
ENOEL: EL INFILTRADO DE CABAIGUÁN
La lista de los topos castristas es más grande que la de los fusilados. Desde un principio: infiltrados en el M.R.R. y en el M.R.P., infiltrados en el Escambray, en las iglesias, y actualmente dentro de las filas opositoras. Uno de los casos más sonados fue el de Alberto Delgado "El hombre de Maisinicú" quien causó muchos presos, lágrimas y sangre derramada en Las Villas. Y prohibido olvidar al maldito espía Juan Pablo Roque uno de los principales culpables de las muertes de los miembros de Hermanos al Rescate. La guerra no la han ganado gracias a los cañones sino a la chivatería de sus agentes encubiertos.
Al mismo tiempo, a través de más de 54 años de exilio los que hemos padecido aquí son una serie de payasos y ya tenemos una idea preconcebida de quienes son y como actúan esos defensores del castrismo. Se han colado en las organizaciones a formar líos y divisiones. Los primeros que nos vienen a la mente a los desterrados -unos poco para no hacer este trabajo interminable- son personajes como Max Lesnik, Edmundo García, los difuntos Walfrido Moreno, Francisco González Aruca, Luciano Nieves y comparsa. Pero estos han sido simplemente unos pelagatos utilizados como señuelos- o dicoy- para distraernos .
Dentro de las filas de los "hombres nuevos" que han llegado recientemente son tantos que ya ni caso les hacemos y se dedican a enviar mensajes al Nuevo Herald o a los blogs anticastristas simplemente para destruir o desvirtuar un escrito o una información seria contra el régimen.
Pero, como se dice vulgarmente: "El pato se conoce por la cagada " y ya sabemos muy bien quienes son los que vociferan su desagrado con el exilio cubano luchador y visitan a Cuba regularmente para hacer pactos con el enemigo. Otros como Hugo Cancio promueven el “contubernio cultural”... ¿Son peligrosos estos personajes? En lo absoluto, sólo son una molestia. No son guapos, no matan a nadie, la tiranía simplemente los utiliza y los desprecia. Los llaman cuando necesitan que firmen un documento o que hagan una declaración pública en contra del mal llamado "bloqueo". No son unos leones, son simplemente unas incómodas ladillas. No son un cáncer son simplemente un dolor de muela. Son simplemente "sargentos políticos" y guatacas del régimen.
Mientras tanto, los infiltrados dentro de los combatientes han sido siempre más peligrosos que los civiles y son mucho más dañinos porque han provocado las muertes de valientes patriotas. Como, por ejemplo, Orlando Fernández Saborit quien le costó la vida a Octavio Barroso y a José Antonio Muiño. Pero, desgraciadamente, esos no son tan conocidos. Y el principal, el rey de los topos que hemos padecido en el exilio se llama Enoel Salas Santos.
Nativo del poblado de Neivas en Cabaiguán, estuvo bajo las ordenes del Che Guevara en La Sierra del Escambray. Bajó de la loma con el grado de teniente del Ejército Rebelde. Supuestamente se disgustó con la Revolución, y de pronto llegó al destierro. Y rápidamente “se incorporó a la lucha armada”. Nadie mejor que él hizo tan bien el paripé.
Participó en ataques comandos, fue de los que retuvo a los pescadores cubanos, se entrenó en los campamentos de Alpha 66 y Segundo Frente del Escambray en La República Dominicana. Siempre actuando como agente encubierto y chivato de la tiranía. Nadie desconfiaba de él, fue uno de los primeros cubanos de ese grupo que desembarcó en Baracoa con las armas en las manos, bajo las ordenes de Eloy Gutiérrez Menoyo. Fue detenido y encarcelado por 13 largos años. En prisión fue uno más, sin recibir ningún privilegio que lo delatara en su labor de espionaje. Fue puesto en libertad y regresó al exilio donde era considerado “un sacrificado luchador por la libertad de la Patria”.
Qué alejado estaban todos de que este tipejo tenía guardadas en Cuba cientos de medallas por servicios prestados al Ministerio del Interior. Y de la misma forma misteriosa en que llegó se esfumó. Y fue recibido con abrazos por el Ministro Abelardo Colomé Ibarra. Con algarabía se le reconocieron los méritos revolucionarios.
En la historia mundial existen muy pocos agentes encubiertos que se hayan pasado tantos dentro de las filas enemigas, 13 encarcelado, y logrado malograr cientos de acciones. Posiblemente este degenerado llamado Enoel Salas podía aspirar a entrar en el Guinness World Records si hubiera una categoría dedicada a los hijos de mala leche.
Ya la tiranía, por viejo, por desahuciado y por haberse “quemado” completamente, lo retiró. Y no crean que estaba muy contento con eso porque dicen los que lo conocen que constantemente se quejaba de que "Él todavía pudiera hacerle mucho daño a las filas de la contrarrevolución"...
A la hora de la jubilación andaba muy molesto consigo mismo por no haber conseguido la captura de Luis Posada Carriles. Ese “fallo” de su parte se lo achacaba a que Posada era un “capitán araña” y no desembarcaba en Cuba lo cual le imposibilitó chivatearlo. Y después se contradijo expresando que: “Posada debe morir en el paredón”... ¿En qué quedamos cacho de cabrón: si es un cobarde que no hizo nada, entonces por qué debe ser ejecutado?....
Yo espero que el día de la liberación ya esté jugando ajedrez con su antiguo jefe el Che Guevara, de lo contrario es merecedor de que todo el peso de la justicia, caiga sobre este engendro del mal llamado Enoel Salas Santos. Y estoy seguro que a la hora de la desbandada, cuando traten de escaparse muchos generales y ministros no van a cargar con él. Por lo tanto, si todavía Satanás no lo tiene en su seno, entonces se debe ir escogiendo la guásima y la cabuya con la cual será colgado como bien lo merece...
Enoel Salas Santos
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