Tuesday, April 24, 2012

Para que no se olvide. Tribuna Tito.





TRIBUNA: TITO.
"DINAMITA"


Por Tito Rodríguez Oltmans

En los anales de la Historia puede que haya habido una Tiranía igual de cruel con su pueblo, que la Castro-Comunista que azota a Cuba desde hace más de cincuenta y tres años, pero no más.
Las historias de horror que han pasado, que están pasando, y que pasaran mientras este La Tiranía Castrista en El Poder, contienen tal grado de crueldad premeditada, que muchas veces son difíciles de comprender por muchas personas no han pasado por estos diabólicos episodios. Esto es comprensible, porque solamente mentes satánicas pueden torturar a un pueblo de tal forma inhumana.
El mes de abril de 1961 fue fatídico para el pueblo de Cuba. En toda La Isla se combatía al Régimen con las armas, los cubanos en luchaban dando siempre muestras de heroísmo, se luchaba en contra de un enemigo Ateo  y Amoral, un Totalitarismo Comunista, ayudado por el antiguo Bloque Soviético y tolerado por nuestros "supuestos Aliados". El Régimen era, y es, un Régimen “De Facto”, que hay que derrocar por todos los medios y con todos los medios para salvar a Cuba.
A continuación podrán leer el testimonio de uno de los presos políticos que en esa fecha se encontraba en el Presidio de Isla de Pinos, cumpliendo una condena de veinte años, un gran cubano, amigo mío.
Testimonios
Colchones de dinamita y TNT para prisioneros
Abel Nieves Morales
Toda la tragedia que aquí relato comenzó el 17 de abril de 1961.
Alrededor de las 8 de la mañana de aquel día, el ruido ensordecedor de los motores en picada de dos bombarderos B-26, me hizo saltar de mi camastro como un verdadero resorte.
Los pilotos René García, Luis Ardois, Mario T. Álvarez Cortina y Salvador Miralles de la Brigada 2506 estaban atacando a la cañonera comunista Baire anclada muy de la prisión de Isla de Pinos, donde nos encontrábamos confinados cerca de 6000 presos políticos.
Por las ventanas vi a miembros de la guarnición correr aterrorizados. Hacían disparos inútiles hacia el lugar de la acción bajo las palabras conminatorias a veces y otras insultantes de los prisioneros.
Vi a algunos titubear; otros soltaron las armas. Pensé que los atacantes nos abrirían las rejas de la prisión.
Los bombarderos B-26, después de escoriar al Baire, continuaron su rumbo.
Aquel ataque fue el preludio del desembarco de la Brigada de Asalto 2506 efectuado en un lugar muy lejano de donde estábamos los presos políticos.
Simultáneamente observé cómo llegaban varios camiones cargados de cajas hacia las cuatro circulares en que nos confinaban. La guarnición comenzó a colocar aquellas cajas en los túneles de cada una de las circulares. Pronto supimos la tragedia.
– Son cajas de dinamita! –aclararon nuestros técnicos.
La guarnición colocó un detonador para cada una de las circulares.
Los presos políticos vigilábamos todos los movimientos de la guarnición. Seguíamos sus pasos por los vericuetos de las estructuras de las circulares. Horadamos paredes. Nos apoderamos de los plásticos negros y grises por donde corrían las conexiones eléctricas de la dinamita a los detonadores. Con ellos, confeccionamos pulsos, cigarreras, aretes y otras alhajas con destino a nuestros familiares. Obtuvimos dinamita.
Transcurrieron varios meses en aquella tensa situación de dormir y vivir las veinticuatro horas del día en verdaderos colchones de dinamita y la amenaza cierta de volarnos si se producía una agresión desde el exterior.
La rebeldía popular contra el comunismo aumentaba. Las víctimas de la libertad caían ante el paredón de fusilamiento y otras pasaban a engrosar la resistencia penitenciaria.
Un día la guarnición comenzó la retirada de las cajas de dinamita. El relativo alivio fue breve. De inmediato, la guarnición comenzó un extraño trabajo en los sótanos de las circulares. Con martillos de compresores de aire comenzaron a horadar las bases de las estructuras que sostenían los complejos arquitectónicos de cinco pisos de celdas y el sexto piso, también habitado, de cada una de las cuatro circulares. ¡Aquellos ruidos eran infernales!
Segaron las inmensas vigas de acero y perforaron al mismo tiempo el macizo circular de concreto que constituía la base principal de cada circular. Abrieron huecos de 10 pulgadas de profundidad y 3 de diámetro, en donde fueron colocados los paquetes en forma de tubo de 10 pulgadas de longitud por 3 pulgadas de diámetro con un escrito de "Made in Canada".
Frente Defensivo
Los presos políticos organizamos lo que llamamos un Frente Defensivo integrado por 19 teams o grupos. Iniciamos muchas tareas. Las primeras fueron la confección de armas rústicas de defensa y ataque para enfrentarnos a la guarnición. Con seguetas rústicas y mucho tesón cortamos balaustres.
Un grupo debía cortar los cordones eléctricos que conducían las conexiones de las cargas de TNT a los detonadores. Estos cordones al llegar a los túneles de las circulares mostraban un pequeño tramo al descubierto donde deberían ser cortados. Para tal fin confeccionamos filosos cuchillos con mangos de sartenes. Cubrimos las empuñaduras con plástico derretido para evitar el pase de corriente cuando se produjera el corte.
Fabricamos sables o estiletes de unos tres pies de largo cuya fortaleza y punta la templábamos con candela y agua. Estos estiletes eran probados dejándolos caer de punta desde el tercer piso.
Un team al que yo pertenecía, y dirigido por Belgrano Placencia, tenía la misión de salir al exterior por el techo de las circulares, remover las planchas de fibrocemento del tejado. Una vez allí, con sogas confeccionada rudimentariamente saldríamos los prisioneros de las circulares para enfrentar al enemigo.
Los teams de médicos, enfermeros y camilleros recibieron también importante atención. Rudimentariamente confeccionamos equipos de cirugía, desinfectantes de heridas, vendas, luz artificial y muchos otros detalles que sólo la capacidad creativa del preso en condiciones tan desesperantes y valientes pudo concebir.
Recuerdo que en la cuestión médica participaban los doctores Alemán Pedraza, Emilio Sorondo Campanería y Enrique Velasco Santa Cruz.
La guarnición comunista no estaba ociosa. Perseguía y descubría tenazmente nuestros túneles. Iniciábamos otro. El último que hicimos, bien me acuerdo, comenzaba en la celda del líder estudiantil Pedro Luis Boitel. ¡Hacíamos explosivos!
La labor de los túneles y el apoderamiento de la TNT por parte de los presos requeriría una monografía.
La TNT
Entre nosotros se encontraban varios prisioneros que conocían de explosivos y de técnicas de supervivencia, ataque y defensa. Muchos aportaron sus valiosos conocimientos y ayuda. Pero, entre todos ellos, se destacaba por su tecnicismo José Lee.
José Lee, de origen chino, nacionalizado en Alemania Occidenteal y residente en República Dominicana había sido enviado por Trujillo para ayudar a Batista en la fabricación de bombas. Llegó a La Habana el 31 de diciembre de 1958. Al día siguiente fue arrestado por las fuerzas rebeldes y condenado a 20 años de prisión.
Lee, con la ayuda de los grupos de vigilancia que tomaban nota de los seriales de las cajas que los comunistas llevaban hacia los túneles y por otros medios de llegar hasta próximo a las mismas, pudo determinar que aquellas cajas contenían TNT.
Lee determinó que había unas 7000 mil libras de TNT debajo de cada circular. Había un solo detonador para las cuatro circulares colocado en el mismo lugar donde anteriormente habían situado el de- tonador de la dinamita.
Las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, tenía cada una de ellas el equivalente a 10,000 libras de TNT. colocadas en las bases de cada una de las circulares sumaban un total de 28 mil libras, dos veces y media más potentes que aquellas dos bombas estalladas en suelo japonés.
Es decir, que si los comunistas hubiesen hecho detonar aquellas 28,000 libras de TNT, que también nos servían de colchones, hubiera desaparecido todo el área del presidio de Isla de Pinos y el poblado de Nueva Gerona, la capital de aquella isla cubana situada a unos tres kilómetros de las instalaciones de la prisión.
El día de la Caridad del Cobre
Recuerdo bien la fecha. El 8 de septiembre de 1962. Los presos políticos nos disponíamos a celebrar el Día de la Patrona de Cuba. Nos procuramos velas para la ocasión. Hablamos con el responsable de la guarnición en la circular sobre el acto pacífico y religioso que preparábamos para evitar torcidas interpretaciones. El militar dio el visto bueno.
Comenzamos el acto de celebración. Habían algunos sacerdotes entre nosotros. Estábamos de pie, frente a las celdas, con las velas encendidas en nuestras manos. Aquello lucía impresionante.
Algunos de nuestros compañeros hicieron uso de la palabra, enalteciendo los valores cubanos de rebeldía ante las injusticias y de respeto ante los principios religiosos de cada persona.
El Congolés, el responsable de la guarnición en mi circular, no le agradó entonces el acto. Ordenó suspenderlo. Continuamos el acto.
A la mañana siguiente la guarnición se tomó la represalia. Fuimos sacados de las circulares, bajo la presión de las bayonetas, hacia un inmenso placer rodeado de cercas al que llamamos el corral. Recibimos maltratos y golpizas. El preso político de apellido Romagosa resultó herido de bala.
Al día siguiente amanecimos en huelga de hambre en protesta por la brutal represión de la guarnición.
Llegaron los comunistas en zafarrancho represivo. Las circulares tenían una sola puerta, estrecha, de entrada. No pudieron penetrar. Desde nuestros pisos les lanzábamos pomos, botellas, adoquines o piedras que teníamos almacenados en el sexto piso o barbacoa.
Nos lanzaron granadas lacrimógenas. Muchas no funcionaron. Otras pudimos pescarlas, desactivarlas y guardarlas alrededor de las circulares. Las pescábamos con palos de escoba empatados y con ganchos de alambre en la punta.
El día 11, aún de madrugada, bien oscuro todavía, eché un vistazo entre los balaustres de mi celda hacia el campo raso que aislaba las circulares. Para mi sorpresa vi con asombro como si la manigua caminara rumbo a las circulares.
Desperté a mi compañero de celda, Gustavo Rodríguez Pérez.
–Son tanques de guerra en camuflaje de combate. De esta si que no escapamos –me dijo Gustavo.
Minutos después estábamos rodeados de tanques, compañías de soldados con fusiles y bayonetas caladas, pelotones con bazookas, ametralladoras y otros tipos de armamentos.
Así comenzó La Pacífica, como irónicamente le llamamos a aquella jornada del 11 de septiembre de 1962, cuando, en un rapto de desesperación, los presos comenzamos a lanzar colchonetas o sacos encendidos y todo lo inflamable hacia las instalaciones donde estaba colocada la TNT.
–¡Están locos! Vamos a volar todos –exclamaron los jefes de la guarnición en rauda carrera para alejarse de las circulares.
Esta historia de La Pacífica corresponde a otro compañero desarrollarla en este trabajo de conjunto que se nos ha asignado por partes. En cuanto a la TNT, continuó por algunos meses más como colchones, a nuestros desvelos de presos políticos plantados.
Después de la crisis de los misiles soviéticos con cargas atómicas en Cuba, y de los ignominiosos acuerdos Kennedy-Krushchov, la TNT fue retirada de las cuatro circulares en que nos encontrábamos.
La tragedia de los presos políticos plantados en relación con la TNT terminó, pero los comunistas continuaron con sus planificaciones de maltratos e inventos represivos con la finalidad de hacernos claudicar de nuestros principios de luchar por una Cuba libre que nos impulsó -y nos impulsa- a la contienda.
Abel Nieves Morales
Causa: 1/59
Condena: 20 años
Número en el Presidio de Isla de Pinos: 25276

Nota de  Tribuna-Tito: Cuba no será Libre y Soberana, hasta que no haya sido derrocado el Régimen Castro-Comunista arrancando de raiz su Doctrina, incluyendo a todos sus verdugos. No queremos venganza, pero "SI JUSTICIA", y lo mas probable es que esta sea La Justicia Popular que el pueblo cautivo le aplicara a todos los que se la merecen.
Pacifistas, Academicos,  Analistas, Progresistas, Politologos, mas toda la gama de sujetos, raros, mediocres y acomplejados que abogan por una "Transición" ordenada, sin derramamientos de sangre, donde "La Reconciliación" de todos los cubanos, entiendase bien, víctimas y verdugos, sea uno de los principales puntos, estan ofendiendo a la "Memoria los Mártires y las Victimas, asi como a los familiares, y en general todos los cubanos decentes que han nacido en suelo Patrio.
Tito Rodríguez Oltmans.
Exilio. Abril del 2012.

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