Monday, December 25, 2006

Raul Castro lo cuenta y la prensa lo calla

Hace varias semanas, en una conferencia de prensa, el Presidente de la Asamblea del Poder Popular en Cuba, Ricardo Alarcon, rodeado de periodistas extranjeros, comenzo a desbarrar del exilio cubano.

Esto no es nada nuevo, como tampoco lo es la cobertura inmediata que la prensa le otorga a dichos ataques. Lo curioso de esa conferencia de prensa es que Alarcon exhorto directamente a los periodistas extranjeros a reexaminar una gran mentira del exilio cubano. Mas que una exhortacion, fue un reto.

La gran informacion de Alarcon era que los exiliados tenian embaucados a todos con el numero de exiliados nacidos en Cuba. Segun el, las cifras del censo daban unos 800 mil cubanos en total, y si se descontaban los hijos y los nietos, la cifra de los nacidos en Cuba estaba alrededor de 400,00. !Vayan al censo! decia Alarcon. !No lo digo yo, lo dice el censo de los EE.UU!

Nadie en la prensa tomo el reto... bueno, a lo mejor lo tomaron y no les gusto lo que encontraron. Su cobertura se limito a las acusaciones a Posadas Carriles y las "supuestas" pruebas de su responsabilidad en actos terroristas.

La realidad es que de acuerdo al Censo realizado en el año 2000, la poblacion de "hispanos" nacidos en Cuba era de 1,241,685. El 3.5 % de la poblacion hispana y un aumento del 18.5 % en comparacion al censo de 1990.

No solamente habian mas de un millon de cubanos en los EE.UU en el año 2000, en el censo de 1990, la cifra era de 1007,006. de acuerdo al aumento.



Si Ricardo Alarcon somete un documento del censo de los EE.UU con informacion falsa, ?quien puede tomar en serio los documentos contra Posada Carriles y Orlando Bosh?
Ahi esta la clave. La prensa, en el caso de Cuba, no investiga, es caja de resonancia del regimen. No informa, desinforma, o como minimo, omite informaciones y esto se comprueba facilmente en el discurso de Raul Castro ante el Congreso de la Federacion de Estudiantes Universitarios (FEU) la semana pasada.

Raul Castro, al referirse a su hermano, comenzo a narrar varias experiencias con ellos. Comenzo sus anecdotas con la ya narrada por su hermano mayor, Ramon Castro acerca de la visita al colegio La Salle, en donde fue con sus padres a visitarlo. Segun Raul, que solamente tenia cuatro años y medio, se sintio tan impresionado con el colegio y las "pelotas grandes" de Basquet, que formo un berrinche y dijo que se quedaba. Nadie pudo convencerlo ni calmarlo. Ni el padre, la madre, los sacerdotes ni el rector de la escuela. La madre tuvo que comprarle una maleta de ropa para su estancia. Todo transcurrio de maravilla ese dia, hasta que llego la noche y formo otro berrinche al no tener su biberon, contaba Raul. Un empleado de la escuela tuvo que salir corriendo esa noche a comprarle uno.

Que felicidad poder salir y comprar una maleta de ropa y un biberon. ?Se puede hacer eso en Cuba hoy? Es una buena pregunta.

Lo significativo de esta anecdota es la falta de disciplina de sus padres. Un niño de esa edad que era capaz de hacer lo que le daba la gana con sus padres, explica como haria lo mismo con una nacion. La otra indisciplina recae en la escuela que acepta internar a un niño malcriado para que se paseara con un velocipido por todas las aulas del colegio, como narro Raul.

Luego Raul contaba como en una visita de sus padres a la escuela el rector del colegio le dijo que sus hijos no eran estudiantes, sino "tres bandidos."

Gran profecia del cura este. Nada mas certero para describirlos.

Si no quieren ser estudiantes los saco de esta escuela -dijo Angel, el padre. Ramon se puso contento porque asi se haria "tractorero" en la finca y el podria montar a Caballo todo el dia, decia Raul, pero Fidel se puso tan bravo que dijo que si lo quitaban de la escuela "le quemaba la casa." Todo el pleno irrumpio en carcajadas y aplausos.
?Se imaginan tal barbarismo y la gente se reian como algo comico? Pero habia una excepcion, y era Ricardo Alarcon, contrincante al poder del hermanisimo, que estaba mas serio que una momia. No podia creer lo que estaba escuchando. No por el hecho, si no por el lugar.

Pero Raul, que parece que cuando abre la boca, no hay quien se la cierre, como acontecio con su arresto en relacion al ataque al Cuartel Moncada, continuo narrando.

Luego, cuando estabamos en el colegio Dolores de los Jesuitas, los tres compartiamos un cuarto. Por la noche, Ramon le decia a Fidel que apagara la luz. Fidel me decia que la apagara yo y yo me hacia el sordo. Fidel comenzaba a tirarme medias y yo se la tiraba para atras. El me tiraba una almohada y yo hacia lo mismo. Luego me tiraba un zapato y yo se lo devolvia. Hasta que se levantaba Ramon, el mayor, y la apagaba el. Esto explica quienes, en la familia, tendrian el poder maximo en los destinos de una nacion. Ya Ramon habia hecho este cuento, aunque se ponia como "mediador" entre los dos. Raul le dio otro significado. El del hermano debil.Diferente a ellos dos.

Para finalizar, Raul narro como estando preso con Fidel, escucharon por la radio al periodista Pardollada dando la noticia del incendio en la casa de sus padres en Biran. "Di un brinco que cai sentado en la cama y le dije a Fidel, contaba Raul, oiste fidel, !se quemo la casa! a lo que Fidel contesto: !Y que! Que se quemo nuestra casa, repitio Raul: !Y que!, volvio a responder Fidel.

Esto demuestra el poco respeto, cariño y amor familiar de este barbarico ser. Una familia incapaz de tener un orden de cosas. Una familia que engendraron a esas bestias que han derramado tanta sangre inocente. Un hombre que carecia del mas minimo sentimiento de amor hacia la familia y su entorno. Una familia que al parecer actuaba de la misma manera.

Si estas anecdotas las hubiese hecho el nieto de Pinochet, la prensa ya habria contactado a un sociologo, un psicologo y un psiquiatra para explicar la perversidad a tales actos y conductas. Pero no era Pinochet ni Franco los del cuento. Eran los Castros, y ese, mis amigos, es otro cuento.

Juan Cuellar

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