Thursday, December 30, 2010

Denuncia del gulag en tiempos de Wikileaks



Foto del diario El Mundo
29 DIC 2010 13:11

El inspector Erlendur Sveinsson es uno de los antihéroes más atractivos que ha dado la literatura policiaca del norte de Europa. Su creador, el islandés Arlandur Indridason, le retuerce en cada nueva novela para ponerle en una situación cada vez más desesperada. En ‘El hombre del lago’ –la cuarta entrega publicada en España–, Erlendur vive con las persianas bajadas permanentemente en una casa que visita de manera esporádica su hijo, Sindri –una especie de vagabundo sin oficio ni beneficio–, y a la que ya nunca va la desahuciada Eva Lind, la hija yonqui del policía, que sigue obsesionado con la desaparición de su hermano, ocurrida cuando él era un niño.

En las anteriores entregas –‘Las marismas’, ‘La Voz’ y la exitosa ‘La mujer de verde’–, el talento investigador de Erlendur y los suyos ocupaban la mayor parte de los libros, que seguían un clásico esquema de novela policiaca. En ‘El hombre del lago’, en cambio, Indridason se esfuerza por presentar a su antihéroe como un tipo casi acabado, con una amante casada como único hilo de afecto con el resto de la sociedad y con su equipo acuciado por problemas personales y diferencias casi insalvables entre ellos. Esta descomposición del protagonista y su entorno crece paralela a una historia ocurrida 60 años atrás, en plena guerra fría, que se une con el hallazgo de un cadáver en un lago, punto de arranque de la novela y de la investigación de Erlendur.

LEER EL RESTO

No comments: