Llego el Papa a la Plaza Antonio Maceo en su papamobil. Miles de fieles a la Iglesia -y al regimen- lo esperaban con sus respectivos pulovers. El sermon de bienvenida -quasi-revolucionario- del Obispo Dionisio Garcia cubrio de sombra el encuentro; con frases -slogans- como: "Cuba...tierra bendecida por Dios...llevamos con orgullo el nombre de cubano...recelamos de toda ingerencia foranea.. los egoismos e intereses ajenos..la exclusion y la intolerancia nos hacen intolerantes..violencia entre cubanos y superar barreras entre cubanos y la virgen Mambisa que quiere que seamos hermanos y el bienestar de la justicia..."
El monsenor Agustin Roman nos hablo de los profetas y casi estoy seguro que se referia al tipo de profetas como San Esteban, que echo en rostro a los judios el que hubiesen perseguido a todos los profetas, o a todos los que hablaban en nombre de Dios. En este sentido fueron profetas Natan al reprender a David por sus pecados y San Juan Bautista cuando increpaba a Herodes." como explica la Sagrada Biblia de la Iglesia.
Estamos ante una Iglesia que ni es fria ni caliente en Cuba.
El Papa, con voz debil, se encargo del "misterio de la encarnacion" que "abre las puertas del mundo a la verdad" y el respeto de Dios a la libertad, exigiendo Paz, Perdon y Comprension,
Al mismo tiempo, los de los pulovers del regimen -de rayitas negras- le cayeron a encima a un cubano que pidio en voz alta la misma libertad que hablaba el Papa Benedicto XVI.
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