«La farmacia y el banco de Cuba somos los exiliados en el exterior»
LA VOZ DE GALICIA
Cubanos residentes en A Mariña sostienen que «mientras esté el castrismo no habrá cambios ni apertura alguna» en la isla, «quiten o no quiten el bloqueo económico»
«Mientras esté el castrismo no va a haber ningún cambio; quiten o no quiten el bloqueo va a seguir con la política de 'a narices'». Los exiliados cubanos en A Mariña se muestran escépticos ante cualquier posible apertura del régimen castrista, «en tanto siga mandando Fidel Castro, y no Raúl, desde la sombra». La reciente destitución de dos de los hombres fuertes del Gobierno cubano, el ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, y el secretario del comité ejecutivo del Consejo de Ministros, Carlos Lage, no ha hecho más que agudizar la indignación.
«Es la generación que él mismo (Fidel Castro) preparó; él colocó a Pérez Roque y ahora le llama indigno. Estos dos cargos eran la esperanza de la sociedad exterior, eran las caras visibles, progresistas y Fidel ha tratado de cortar esas cabezas. Esta gente que daba esperanza al mundo de que hubiera democracia en Cuba... Y pone a dos militares, los de la vieja guardia», critican. «Pasó lo mismo con (Roberto) Robaina (en 1999), antecesor de Pérez Roque; era el canciller cuando tuvo una reunión con (Abel) Matutes (ministro de Asuntos Exteriores con Aznar) en España y según llegó a Cuba fue destituido, acusado de intentar una deserción».
Cunde la desesperanza
Entre los cubanos asentados en Viveiro hace años que cundió el desánimo. «Cierta apertura económica, eso es lo que quiere el pueblo cubano. Peró él no está dispuesto, quiere mantener a Cuba con la máxima 'socialismo o muerte'. Pero yo nunca hablo de política con mi familia (que continúa en la isla), ya no me interesa, me da risa. Estoy tan acostumbrado, es todo tan a lo loco que no se puede tener confianza en nada. Ojalá Obama no cometa el error de hablar con ellos, a este régimen hay que darle duro, aislarlo totalmente. Lo digo aunque sea tirar piedras contra mi propio tejado, porque soy cubano, pero quienes estamos manteniendo el país somos los exiliados en el exterior, somos la farmacia y el banco de Cuba».
Otro compatriota refrenda el argumento: «En Miami la gente tiene dos trabajos, uno para ellos y otro para mantener a su familia en Cuba. Yo envío dinero todos los meses. Todos los cubanos que viven en Cuba viven a cuenta nuestra». E insiste en que los cubanos ansían «tener libertad para expresarse y para tener propiedad privada, seas comunista o lo que seas. Pero es que ahí no hay vida, educación y medicina gratis... Eso es un cuento, las farmacias están desabastecidas. Son tan pocos los logros comparados con los destrozos que ya no merece la pena siquiera mencionarlos».
Miedo a manifestarse
Pese al tiempo transcurrido desde que abandonaron Cuba, en algún caso décadas, los exiliados eluden identificarse por temor a posibles represalias contra sus parientes que continúan en la isla. Aquí tienen su empleo y ejercen su profesión, ahora con más inquietud, por miedo a los efectos de la crisis económica. «Si pierdo el trabajo, mi familia allá también lo sufrirá porque no podré enviarle tanto como ahora», señalan. «Pero al menos aquí tienes la oportunidad de luchar por conseguir algo propio, tienes la ilusión de mejorar. En Cuba tu única preocupación es recibir el dinero que te mandan desde Miami y ver si tienes para comer al día siguiente. No hay nada más», lamentan.
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