PLEGARIA.
¡á DIOSl
Señor de los cielos
sublime y bendito!
Señor infinito
de suma bondad!
Señor que dirijes
del hombre el camino*
piedad al destino
de aquesta ciudad.
De aqueste inocente
pais desdichado,
que siempre te ha amado
con fe y devoción.
Mirad á sus hijas
contritas llorando,
tu nombre invocando
en tanta aflicción.
Escucha sus ecos,
escúchalos tiernos,
ya que eres Eterno
piadoso, inmortal,
Contempla ¡Dios justo!
su fé reverente,
defiende clemente
su instante final.
Piedad para Cuba,
que tanto te adora,
que férvida llora
al pié del altar,
Piedad! Dios escelso!
magnífico Padre!
por esa tu Madre
que sabes amar.
Conserva la vida
de tantas ovejas,
que te alzan sus quejas
en su hondo dolor.
Que en medio á su angustia
humildes te llaman
y tiernos proclaman
tus glorias ¡Señor/
que tú eres inmenso,
la luz de los cielos,
quien da los consuelos,
las dichas y el bien.
Por tí se borrara
la culpa en el leño,
del hombre eres dueño,
tu Padre también,
Sin tí que es la vida?
mansien de amargura
do toda criatura
nació á padecer,
Defiende á este pueblo
de todo castigo,
jamas él contigo,
llegó á ser infiel.
Tu bien lo penetras,
tú sabes ¡Dios puro/
que tú eres el muro
de su salvación.
Por eso hoy lloroso
invoca postrado,
tu nombre sagrado,
tu eterno perdón,
Solór xan*.
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