Ni son buenos, ni son de la FE
Por Nancy Pérez-Crespo
No conozco su música (si es que es música), ni me interesa, es más, cuando hace poco oí ese nombre, pensé que se trataba de un grupo de gente Buena, que se había formado allá en la Isla, para ayudar a los cubanos que NO tienen FE o sea Familiares en el Extranjero.
Pero No, me equivoqué, este dos son unos bergantes, militantes de un régimen que entre otras muchas cosas, está en la lista negra de los países que apoyan el terrorismo internacional.
Pero moral, honradez y escrúpulos aparte, este dúo no puede convocarnis porque entre tantos espectáculos y conciertos que a aquí se ofrecen, pagar por oír a los FE no tiene sentido, además, ellos, los dos, son muy feos.
A mi, particularmente, y conozco a mucha gente que piensa igual, para música popular cubana, prefiero a Celia Cruz y al Benny Moré. De lo demás puedo disfrutar desde Willy Chirino hasta Pitbull. Sandoval, Paquito y el gran Cachao, en el latin Jazz, son lo mejor. Porque además, he tenido la gran suerte de que toda la vida he estado inmersa en la música de esos grandes.
Lamentablemente, a los cubanos que en la Isla quedaron, esa música y esos cantantes se les prohibió.
Esa censura ha sido uno de los grandes abusos de ese régimen contra la población. Le negaron el privilegio de disfrutar de sus artistas preferidos una vez que escapaban del horror. Inclusive artistas extranjeros también eran anatema.
Yo entiendo a los que en Cuba no tuvieron acceso a la variedad en la música y en la literatura y sobre todo, a la escogencia, algo tan determinante en la personalidad del individuo.
Y razono el por qué es que viviendo en libertad, muchos aún prefieren esa música y esos cantantes. Porque fue lo que conocieron, con esa música crecieron, se enamoraron y hasta soñaron y lloraron.
Y aunque reconozco que Silvio Rodríguez es un buen poeta, como cantante produce cólicos. El fenómeno Silvio Rodríguez algún día habrá de estudiarse, porque fue popular por imposición, oportunismo y militancia. Si, como poeta, puede ser bueno, pero los hay mejores y no han logrado hacer el capital en dólares que el tracatán Silvio amasa.
Pero de eso a que ahora, que son libres para optar por lo mejor, continúen pagando por un concierto de estos Fe, y de la otra Gente de la Zona, no lo entiendo.
Como no entiende al idiota de Enrique Iglesias. que se presenta en un escenario con esa gentuza de la zona, que hay uno de ellos que tal parece un orangután (sin ánimo de ofender a los orangutanes) dando saltos y vestido todo de rojo. Es como una visión dantesca. Confieso que sentí vergüenza ajena y que para remate, que fuera cubano. El otro, el que no pudo tomar un juguito por culpa de los gringos, ese, ese dá pavor.
Estoy segura que toda esta avalancha de supuestos artistas-agentes o agentes quasi artistas, se debe a una compaña internacional en la que el régimen cubano está enfrascado. Están desesperados recabando apoyo para que los gringos levanten el embargo, porque de eso dependen todos los planes del general de la voz impostada. Son planes inmediatos y mediatos, a corto y a largo plazo, mensuales o quinquenales. No importa. La meta es la propaganda, con cinco que son tres, con los cantantes o con quien sea, Ub circo con la mujer del bigote incluida. El dinero se lo está gastando a manos llenas, mucho, pero mucho dinero. No escatiman en viajes, hospedaje, viáticos y transporte. Y sobre todo, comprar conciencias, prensa, televisión y hasta a Masantín el Torero.
Porque de aquí estos artistas no pueden llevar dinero en efectivo. Cargan nada más con la pacotilla que compran y quizás hasta los uniformes para sus hijos, que ahora venden en Ño-que-barato o en el Dolarazo.
Porque dinero, definitivamente, no pueden sacar. En este negocio de los conciertos y presentaciones de los artistas cubanos, me imagino, que los que recaudan el billete son los empresarios o agentes que hacen el contrato aquí. Porque si de ese dinero le reparten algo al artista y esto se puede probar, ese empresario va a tener que responder a los federales. Ya se llame Jugo Rancio y su quemazón Enterprises, el Blue Moon Entertainment, el Vedado Social Club o el tal Lisandro Otero, quien sea.
Hemos soportado estoicamente (al menos en mi caso) este alud de esbirros en forma de intercambio cultural, dado gracias a las bondades que le dispensa esta administración a ese régimen que conculca todos los derechos de sus ciudadanos.
Pero ya, con este caso, se rebosó la paciencia. Porque además estos dos son una par de provocadores que hasta insultaron con groserías a las Damas de Blanco.
Por otro lado, indigna mucho la actitud del Alcalde Condado Dade y algunos Comisionados. El Junior Giménez se ha portado como una patán que deshonra su estirpe.
El alcalde Carlos Giménez y sus abogados disponen de mecanismos excelentes para cuando firman contratos evitar que espectáculos ofensivos a la ciudadanía se presenten en espacios de su propiedad. En este caso, parece que no lo hicieron y no quisieron.
Por lo tanto para allá vanos. Este jueves 18
a las 6 de la tarde, allí estaré: En el Miami Dade County Auditorium, en el 2901 West Flagler Street, en la ciudad de Miami.
Los invito a todos a que nos acompañen, digan presente. Vanos a ejercer nuestro derecho de la protesta. La constitución de los Estados Unidos nos ampara. Una protesta pacífica, sin gritos, sin alardes, con sabiduría, con la dignidad que nos otorga ser dueños de la verdad. Vamos también a protestar en apoyo del pueblo cubano que hace más de medio siglo le robaran ese derecho.
Es una cita para exiliados cubanos y para todos los que piensen que llegó la hora de decir basta. Ni uno más. Nos cansamos de ser tolerantes, comprensivos y dadivosos.
Se acabó la generosidad. Esos no son los pobres cubanos que en la Isla viven aplastados. NO, esos son una bribones que vienen a Miami a saquear y servirse de las víctimas del régimen en el que ellos participan y defienden.
No más, el exilio está pie. Que no falte nadie.
Jueves 18 a las 6 de la tarde en el Auditorio de la avenida 29 y la calle Flagler. Allí nos vamos a ver. Ah, y si tiene una bandera cubana, llévela. Los espero.
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