¡BASTA DE MENTIRAS!
NI NOSTALGIA NI AMOR AL PUEBLO, LO QUE LES IMPORTA ES EL CASH
(2-6-14-1:30PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
Con motivo del destape de los manejos de Alfy Fanjul, que hace tiempo viene trabajando secretamente junto a otros banqueros e inversores por la componenda con los verdugos castristas que les permita amaridarse con los que manejan los hilos del futuro de Cuba, para agregar unos cuantos millones más a sus ya abultadas bolsas, muchas de ellas amasadas con el sudor, las lágrimas, los sufrimientos y la sangre de cubanos y haitianos y también con el regalo que les hacen las Administraciones de este país, otorgándoles millones de dólares en subsidio (dinero que nos descuentan de nuestros sueldos y ganancias a mí y a ti, lector que vives en los EE.UU.) para que continúen envenenando nuestros campos y las fuentes de agua y canales de los Everglades con los desechos y fertilizantes de sus campos de azúcar.
He visto en algunos programas de TV, apuntar la posibilidad de que a Fanjul lo mueva la nostalgia. Esa afirmación no contiene ni un átomo de verdad.
A periodistas y presentadores profesionales y serios como Pedro Sevcec—a quien considero serio y muy buen periodista y presentador, pues he seguido su carrera desde que ambos vivíamos en el área de Los Ángeles, en California—les recomiendo que busquen y vean el documental “Los Niños del Azúcar” (“The Sugar Babies”) de Amy Serrano, que con la ayuda de Armando Valladares fue filmado en la República Dominicana, donde se muestras los abusos cometidos con los niños haitianos traídos a trabajar como modernos esclavos y usados en los campos de caña de los Vicini y los Fanjul (ver breve video sobre este documental arriba de este artículo).
O busquen en los archivos de este portal lo que publicamos cuando el estreno de ese descarnado documental, por lo que recibimos amenazas anónimas “recomendándonos” que no visitáramos más a la República Dominicana, como solíamos hacer, porque nuestra vida corría peligro si íbamos allá. De más está decir por donde nos pasamos esas amenazas y que hemos vuelto y volveremos cuantas veces queramos a ese país.
Para que estos periodistas tengan más referentes para que abran los ojos en cuanto a quien es y cómo actúa Alfy Fanjul, aquí les va otra:
En noviembre de 1986, medio millar de jamaiquinos que trabajaban para los Fanjul, de un asentamiento del oeste de la Florida conocido como Vietnam, hicieron una huelga para protestar por los maltratos.
Los hermanos Fanjul (Alfy, a la izquierda y Pepe a la derecha) llamaron a la policía y agentes especiales metieron a los jamaiquinos a punta de fusil en autobuses y los deportaron.
Este incidente incitó a sindicatos, abogados laborales y organizaciones de derechos humanos, y fue convertido en guión cinematográfico por la actriz Jodie Foster, que vendió los derechos a la productora de Robert De Niro, Tribeca Films.
La propia Foster dirigió la película y la protagonizó como la abogada defensora de los jamaiquinos — que en la realidad los defendió el abogado Edward Tuddenham — mientras que De Niro interpretó el papel de Alfonso Fanjul.
El título de la película fue Sugarland, distribuida por los estudios Universal. Pero el billete y la influencia de los hermanos Fanjul evitó que el filme se proyectase (presionaron o pagaron a las cadenas de teatros) y la película se engavetó en el 2007.
Es decir, una película sobre un drama social real, con dos estrellas del cine mundial (Foster y De Niro) (en las fotos) ganadores de Oscars, no fue exhibida en este país porque los hermanos Fanjul, que supuestamente se fueron de Cuba por la falta de libertad, no lo permitieron.
El libreto de esta película fue una adaptación del relato de Marie Brenner “In The Kingdom of Big Sugar” una historia real acerca de los hermanos Alfy y Pepe Fanjul, quienes fueron acusados de abusar seriamente de trabajadores inmigrantes en la Florida.
El relato que inspiró la película fue publicado en febrero del 2001 en la revista “Vanity Fair”.
A los cubanos de mi tiempo no se nos ha olvidado que fueran las actuaciones y los abusos a los obreros por parte de magnates como los Fanjul los que crearon el caldo de cultivo para que prendiera la prédica de los falsos revolucionarios para que el pueblo los respaldara. Porque hay que decirlo bien claro: Fidel Castro no llegó al poder en Cuba por obra y gracia del Espíritu Santo. No me cabe ninguna duda que lo que buscan al tratar de arreglarse con los castristas es usar en Cuba mano de obra esclava, sin reivindicaciones salariales, ni respaldo sindical que protega a los obreros de patrones con alma de esclavistas.
Y hoy después de 56 años, miles de muertos y el sufrimiento de millones de familias, vuelven los mismos magnates—de allá y de aquí—hijos y nietos de Angel Castro e hijos y nietos de los Fanjul y los Gómez Mena, de nuevo a juntarse para seguir explotando y esclavizando a nuestro sufrido pueblo.
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