Wednesday, May 25, 2011

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Por Juan Cuellar



La izquierda siempre se alborota cuando le prohiben un libro, le rompen
unos discos y le forman piquetes. Estas actividades solo le pertenecen a ellos, abierta y descaradamente, oculta y misteriosamente. El exilio cubano; ese "grupo rigido, beligerante y vociferante", capaz de hacerte un boycot, un piquete o remover un libro del sistema escolar hay que eliminarlo o por lo menos, deslegitimarlo a cualquier costo. A esta campana se sumaron periodicos, estaciones de radio, organizaciones no gubernamentales y un sequito de intelectuales, artistas, academicos y pachangueros musicales del "intercambio cultural" con la tirania insular.

La ultima perreta la dieron con el concierto de Juanes en la Plaza (Civica) de la Revoluciony los discos rotos de Vigilia Mambisa. Hasta autenticos exiliados describieron tal actividad como fascista sin saber, ni siquiera sospechar, que tal similitud era -y tristemente es- una farsa inventada por los mismos comunistas que hoy se arropan en el "progresismo, liberalismo, socialismo, anarquismo y un largo etc..ismo. La misma mentira hecha axioma: Haced como yo digo y no como yo hago.

Veamos: *En la primavera de 1953, el sub-comite encabezado por McCarthy estaba investigando libros comunistas en sus Centros de Informaciones en el Exterior. Estos libros y documentos se distribuian en diferentes centros de lecturas en las embajadas de los EE.UU y diferentes ramas del gobierno de los Estados Unidos, como la Voz de las Americas (VOA, por sus siglas en ingles" y servian como material de referencia en sus respectivos "centros de Lecturas".

Por ejemplo, el celebre poeta comunista, Langston Hughes, tenia en estos "Centros de Lectura" 200 trabajos y 16 titulos. Entre los trabajos del autor norteamericano de la raza negra habian frases como: "levantaos, trabajadores, a pelear....la cortina es una gran bandera ondeando la Internacional.....Pongamosle una S mas a USA para hacerla Sovietica."

Las obras de connotados comunistas como James S. Allen, Herbert Aptheker, Howard Fast, Doxe Wilkinson estaban disponibles junto a otros autores comunistas que resultaron ser espias de la Union Sovietica de Stalin: Cedric Belfrage, Haakon Chevalier, Lauchlin Currie, Israel Epstein, Philip Jaffe, Owen Lattimore (quien solamente tenia 160 copias de sus libros dispersos en mas de 60 Centros de Lectura y un enorme expediente en el FBI, -apriete aqui para ver el expediente-), Kate Mitchell, Harrie Lucy Moore, Andrew Ross, Agney Smedley, Guenther Stein y Victor Yakhontoff.

Muchos de estos autores habian comparecido ante el Comitte de Actividades Anti-Americana que presidia el Senador Joe MaCarthy, y al preguntarle si eran Comunistas se habian acogido a la IV enmienda (rehusar responder una pregunta que puede incriminar a alguien).

Ante la enorme influencia de las obras comunistas en los "Centros de Lecturas", el Departamento de Estado bajo la direccion de John Foster Dulles, determino que el dinero de los contribuyentes no debia utilizarse para financiar libros comunistas o pro comunista y autorizaba la remocion de dichas obras y demas documentos pro sovieticos.

La respuesta no se hizo esperar y la misma propaganda arremetio contra MaCarthy como los "quemadores de libros" acusacion que ha perdurado hasta el dia de hoy.

Curiosamente, durante la liberacion de Alemania por las fuerzas aliadas, se habia dado la orden de destruir toda obra nazi y en 1946 se destruyeron masivamente y fueron removidas de todos los "Centros de Lectura" y bibliotecas del Gobierno de los Estados Unidos en el exterior. Nadie protesto por dicha orden. Nadie catalogo tal accion como "quema de libros". Los promotores del "pensamiento critico" y la "discusion libre de las ideas" no alzaron sus voces en contra de la remocion de obras nazi. El comite resumia tal dicotomia con lo siguiente: "A los norteamericanos se les hace creer hoy que es bueno destruir toda literatura nazi y fascista y que es un crimen en contra de la cultura misma remover libros de los "Centros de Lecturas" del gobierno de los EE.UU en el exterior. Que la salza de los libros nazi quemados no era la misma salza de los comunistas. En nuestra opinion, ni la propaganda nazi ni la comunista debe ser promocionada por el gobierno de los Estados Unidos".

Finalmente, en testimonio ante el Comite acerca del poeta norteamericano, Langston Hughes, alguien familiarizado con su obra, bajo juramento, le preguntaron: "?Usted cree que sus libros deberian estar en los estantes en el exterior con el sello de aprobacion de los Estados Unidos? A lo que respondio: "Quede perplejo cuando me entere. Sorprendido, ciertamente digo "NO".

El experto que se oponia a que la obra del poeta norteamericano de la raza negra estuviera en los estantes de los "Centros de Lectura" en el exterior, no era otro que el propio Langston Hughes, quien habia descubierto la farsa del comunismo y se habia convertido en su enemigo.

Y como una cosa es la historia inventada en contraposicion a la real, tal vez sirva de ejemplo lo contado para que manana, cuando se levanten las mismas voces del pasado falso, sirva de ejemplo a los que se hacen eco de la mentira.

Y para concluir, se hace menester senalar la renuncia de Allen Dulles, hermano del Secreterario de Estado, John Foster Dulles debido a la campana de desinformacio de los Sovietiocs en su contra encabezada por Shelepin y sus agentes en los medios de prensa en Estados Unidos. Apriete aqui.

Asi es que cuando se remueva, se rompe o se destruye una obra que atenta contra la dignidad y la libertad humana, recuerde la historia y por que no, la Primera Enmienda de la Constitucion de los Estados Unidos tambien.

Es muy facil hacer el ridiculo papel de "tonto util" que el enemigo asigna a los faltos de memoria y de conocimiento de la historia real, no de la contada.





* Datos extraidos del libro: "Blacklisted by History. The untold Story of Senator Joseph MaCarthy; Capitulo 35: La quema de libros"

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